jueves, 26 de noviembre de 2015

Capricho 53: ¡Qué pico de oro!



CAPRICHO 53


¡QUÉ PICO DE ORO!

Encima de su jaula un loro, con su pata derecha levantada y el pico abierto, en actitud de hablar a una porción de frailes y otras gentes.
Oradores plagiarios con auditorio de necios.



¡Qué triste condición, si bien se mira,
decir palabras sin parir sentido!
Cada voz es misterio bien cumplido
cuando el hombre a pensarla se retira.

Matar el pensamiento es la mentira.
Y suerte vil holgarse en el sonido.
Quien vive de este juego y no es sabido
va pudriendo hasta el aire que respira.

Perderse en el silencio es buen consejo.
Cuidar el pensamiento, buen oficio.
Parir palabras, cuesta hacerse herida.

Palabras de lorito, en jaula y viejo,
apenas pueden darte más servicio
que quitarle los gustos de la vida.



Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006

jueves, 19 de noviembre de 2015

Capricho 34: Las rinde el sueño


CAPRICHO 34

LAS RINDE EL SUEÑO


Cuatro mujeres en un calabozo, duérmense en diversas actitudes.
Al fondo, un gran hueco circular resguardado por una reja.
No hay que despertarlas; tal vez el sueño es la única felicidad de los desdichados.


Con mano dura y corazón avieso
la vida pega y la costumbre obliga.
Y aunque humano rechazo la maldiga
en nada disminuyen pena y peso.

El hombre en trampa y hierro queda preso.
El tiempo no redime y nos castiga
y así espera que el sueño le consiga
lo que en vela perdió su experto seso.

¡Dormido está, dejadlo solo y quieto;
que gaste su indigencia en vanidades
y goce de la vida en fingimientos!

Que los sueños merecen gran respeto
si al pobre quitan sustos y ansiedades
mitigando sus malos pensamientos.


Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006

jueves, 12 de noviembre de 2015

Capricho 55: Hasta la muerte



CAPRICHO 55


HASTA LA MUERTE

Una vieja sin dientes, ni más carne que la piel en los huesos, se acicala delante del tocador y mirándose en el espejo, se coloca en la cabeza un sombrero o gorra de cintas. Una mujer y dos hombres a su lado comentan entre sí chistosamente las ridículas vanidades de la anciana.
Hace muy bien en ponerse guapa. Son sus días: cumple años y vendrán las amiguitas a verla.



Quien tiene sed el agua amarga bebe.
Quien tiene corazón el tiempo acuna
y sueña con coger la blanca luna
en noche de pasión, de fuego o nieve.

El tiempo que marchita el cuerpo leve,
enciende vanidad cuando fortuna
alegra el corazón y encuentra alguna
rosa que al sueño o al delirio lleve.

Hace bien quien fracaso olvida y sabe
que el hombre es corazón más que otra cosa
y en flores se engalana y favorece.

Que no hay razón para tener el ave
en jaula de tristeza, ni la rosa
en jarrón que la enferma y adormece.

Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006




jueves, 5 de noviembre de 2015

Capricho 50: Los Chinchillas

                                                           


CAPRICHO 50


LOS CHINCHILLAS


Dos seres humanos momificados, con sus bocas abiertas, vestidos con heráldicos trajes y espada ceñida, tienen adosados sobre sus orejas gruesos candados.
El uno en pie y el otro, echado en tierra, lleva un rosario en su mano derecha.
El que no oye nada, ni sabe nada, ni hace nada pertenece a la numerosa familia de los Chinchillas que nunca han servido para nada.



Sólo el hombre decide su existencia.
Ni el árbol ni la fuente ni la rosa.
Sólo el hombre con su mente poderosa
conoce y vive el árbol de la ciencia.

Si por holgarse, necio, en su excelencia
apaga luz y en sinrazón reposa,
ni sirve ni se emplea y es ociosa
esa vida que gasta su experiencia.

Secar la fuente y añorar el río
es necia idea, absurda fantasía.
Rezar pensando en babia, mero rito.

Escucha, aprende, haz algo. Que ese frío
no pasme el alma y momia que sufría
en ángel resucite y rompa el mito.


Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006