Probablemente
las manifestaciones de la lírica en sus orígenes fueron composiciones poéticas
a modo de cantos populares que se han ido transmitiendo oralmente a través del
tiempo y han sido fuente de inspiración para la poesía culta.
Al parecer las primeras
manifestaciones fueron las jarchas
de los siglos XI y XII. Eran los versos finales que servían de remate a las
moaxajas, escritas en árabe o hebreo.
En los siglos XIII y
XIV surgieron las cantigas de
amigo en la lírica galaico-portuguesa cuyos temas y asuntos reflejaban aspectos
de la vida cotidiana: canciones de cuna, de amor, de boda, de siega, de
vendimia, a la primavera, a la madre,
a la muerte…
Las canciones populares
adquirían forma de serranilla, endecha, romance, copla, seguidilla, el zéjel o
villancico.
Con la mirada puesta en los
albores de la lírica medieval, cuatro son los textos seleccionados por Charo
Fuentes que preceden y acompañan su nueva entrega. Un fragmento de Yehuda Ha
Levi (¿1170 - 1141?), una jarcha andalusí, una de las cantigas
galaico-portuguesa y una estrofa de Gil Vicente (1470 –1539) sirven de entrada
a su más reciente publicación: Canciones de amiga y otras danzas.
La
primera parte se halla constituida por 33 composiciones donde predomina el tono
fresco, ameno, divertido. Son escenas de la vida urbana y donde podemos hallar
la canción de la oliva, de la vieja pena –resuelta en díptico- , del beso, de
los álamos secos y de los álamos sin pájaros, (pág. 19) recordando a Machado:
Altos
ruiseñores de la dicha humana
mi
oído mis manos, mi voz os reclama
Álamos
del amor.
La canción de los puentes,
incluido el parisino Mirabeau sobre el Sena, cantado por Guillaume Apollinaire
(1880-1918).
Otros motivos como la
espuma, la alegría en primavera, la vieja caza, la paloma, los ojos morenos,
las canciones de albada que
tendrían su origen en la poesía trovadoresca provenzal, la canción del
pirata (un guiño a Espronceda) (pág. 38)
Navego
hacia el ser más
estar
más viva.
……..
Cabeza
libre voy
en
mar abierto.
O la canción de la
madre, las seguidillas para María
o la cantiga del verano que cierra la primera parte. Todas ellas conforman Canciones
de amiga donde su autora ha querido dejar constancia de que Ya no
es el tiempo de esas canciones de mujer escritas por hombres, que nos
escribieron llorando; escribo mis canciones jugando. Yo quisiera darles la
vuelta entre comicidad y cierta melancolía.
En la segunda parte una cita
de Jorge Manrique (1440-1479) marca el paso hacia …Y otras danzas. Son diez composiciones
donde poder encontrar una canción de cuna para no dormir y versa sobre las
pateras y otras travesías, la
canción del refugiado, la danza de la muerte, una canción de Navidad para Gloria
Fuertes, un romance para Pepe Hierro o una blanca canción de despedida.
Celebremos, pues, estas
canciones de amiga y otras danzas que Charo Fuentes nos entrega. Y larga vida a
su canto.
CANCIÓN DE LA MADRE
Para que tú me quieras
me hice fuente, soy
río
manantial de
sonrisas,
lecho de piedras
frescas.
Para que tú me
quieras
blanco puñal de
leche
caliente y diminuto
pájaro, soy eterna.
Barro tú florecido
¿qué camino de
besos?
¿qué luna de deseos
te empujó hacia la
tierra?
Para que tú me
quieras
encenderé tus brasas
y sembraré en tus
nidos arpones y
poemas
y leeré en tus ojos
lejanos y futuros
y atizaré en tu
fragua
rebeldes, tus
estrellas.
Para que tú me
quieras
necesito ser mía
mía, tan mía como
solo así de tan
vuestra.
De Canciones de amiga y otras danzas
Charo Fuentes
No hay comentarios:
Publicar un comentario