COMO SI FUERA ABRIL
Como si fuera abril
y siempre primavera en los aleros
dejas, abandonas la ciudad.
Atrás queda la casa,
la habitación azul
con resoles de luces en
la tarde,
el sepia de los cuadros, los espejos,
los libros y láminas antiguas:
Baudelaire, Rimbaud, Darío...
y el laúd melancólico sonando.
Más allá: las
afueras, el río, la montaña,
los amigos de un tiempo,
las muchachas, los juegos de la edad,
la erótica del verbo y de la carne,
las noches de verano, el cine,
las tabernas, el periódico,
los días de bohemia y sus harapos.
Antes de la partida,
los códigos del instante,
la estación ferroviaria,
el silbido del tren,
el brillo en los raíles,
el tiempo por venir,
las afinidades electivas.
Y al fondo, la habitación azul
con un laúd melancólico sonando
al compás de unos pasos,
marcando la despedida.
M. S. Latasa Miranda
Editorial Círculo Rojo
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