LAS
GAVIOTAS DE SAINT ESPRIT ( BAYONA)
Las gaviotas de Saint Esprit
van y vienen sobre el Adour
con sus máscaras negras sobre el pico.
Ellas vienen desde los tiempos
en que los días y sus noches
se deslizaban callados
en las clepsidras romanas,
en las menudas velas del Shabat,
en los antiguos calendarios.
Bajo el pliego mágico de sus alas,
el hombre describió su paso
contando lunas y lágrimas.
Las gaviotas de Saint Esprit
todo lo han visto
y tienen mucho que contar.
Ellas reanudarán su vuelo
cuando el último hombre
pronuncie su palabra final,
sin cambiar su destino
(A Sophia de Mello)
El barco en el mar, Sophia,
la magnánima luz
y su sombra imperceptible.
No estar y ser todo
en las infinitas nadas.
La identidad
en ese rotundo atardecer:
Ulises y Pessoa,
viajeros en el tiempo.
Anverso y reverso,
coraza y máscara,
reloj de arena
en el azul profundo,
donde todavía juegan
los delfines.
LA CUEVA DE LOS CIEN PILARES
(ARNEDO)
en tierra
antigua, roja y arcillosa.
Humanos que tallaron con anhelo
una ciudad escondida en la roca,
una colmena, dijeron los árabes.
Hay un niño aburrido, casi ausente,
que corretea a nuestro alrededor
y descubre entre rayos luminosos,
el polvillo en el suelo de la cueva.
Dibuja líneas largas con los dedos,
montañas, círculos, un árbol, frutos,
animales salvajes. Hay dos hombres
acechándolos, fieros, con sus lanzas.
Veo a ese niño, desde mi lugar,
sus dibujos expresan claramente
la historia humana: sueños y deseos
condensados en unos breves trazos.
Extraídos del libro De lugares y
seres de Gabriela López Bono
Zerokotan,
2022
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