CAPRICHO 52
LO QUE PUEDE UN SASTRE
Colocada en las ramas de un árbol una
sábana desplegada, ante la cual, por tener forma de imagen, se arrodilla con
fervor una multitud de gentes.
La superstición hace que todo pueblo
se prosterne y adore un tronco cualquiera.
Desde dentro las cosas son y nacen:
el árbol, la pasión, el pensamiento.
No se sabe, desnudas como el viento,
si complican la vida o satisfacen.
El hombre las posee y tanto placen
que busca complacencia en su argumento,
cambiando condición y dando acento
según instinto pide o modas hacen.
Y así con fingimientos pasa y vive
mirando desde fuera y no sabiendo
si es alma o vestimenta que posee.
Y al punto de juzgarlas no concibe
que el pobre corazón le fue mintiendo
con falsos argumentos que no cree.
Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles
(Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006
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