CAPRICHO 77
UNOS A OTROS
Dos
viejos decrépitos montados en otros dos, pican -a guisa de toro- un cesto con
dos astas que lleva un hombre sobre su cabeza y espalda.
Aún
siendo los hombres unos carcamales se torean unos a otros.
El tiempo ha consumado tu carrera
y ahora sueñas un
toro de cartón,
pues no puede tu
viejo corazón
revivir en tu
sangre primavera.
¿Por qué picas
engaños y quimera
si te queda en el
juego la ilusión?
Redime el tiempo
y gana la razón,
perdida juventud,
pasión torera.
Caprichos no se
ganan, ni mentiras
se venden ni
torean en la plaza.
El toro muere o
mata a quien le acosa,
en juegos de
verdades. Si le miras,
toréale de frente
en fuerza y raza
que aún te queda
un alma pudorosa.
Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles
(Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006
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