DE AYER Y HOY
Emergiendo desde la edad de niebla
quiso el azar que nos reconociéramos
en un mismo horizonte.
Nos precedió el silencio, la escarcha
en la frontera de otros pasos.
Nos precedió el instinto
de hurgar la tierra con las manos,
aproximarnos al fuego, prender la lumbre,
fluir contra corriente
cauce arriba sin noche.
Nos precedió la sed, el aire,
la plenitud de un día
al otro lado del sueño.
Y ahora, de madrugada,
con la voz transida de expresiones
nos
precede la luz de los primeros rayos.
De Edad de niebla y otros
poemas
M.S. LATASA MIRANDA
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