QUÉ DEVENIR
Y sin mirar atrás,
¿qué devenir entonces?
Saber tan sólo que aún antes de la niebla
en el instante previo al laberinto de los días,
de aquella intersección entre fuego y
silencio
-escrita en la memoria del aire-
quedó la danza inimitable de las llamas,
el mudo resplandor de las cenizas.
Y al fondo, siempre un río
No la permanencia de lo inmóvil.
No
ya sus aguas.
Nunca la misma sed.
De Edad de niebla y otros
poemas
M.S. LATASA MIRANDA
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