VAMOS A HACER LAS COSAS MÁS DESPACIO
dicen tus
labios de café de domingo
veo que las
alarmas no han sonado
y despierto
por puro nerviosismo
de sentirme
tan bien y tan a gusto
dando
muerte a las perífrasis modales
tengo que,
hay que, deber de
e
infinitivos
un paseo
un abrazo
un columpio
háblame del aire
de quién te hace feliz
del ahora que vivimos
átame las
manos y las ideas
si atraídas
por agendas y deberes
olvidaran
ese disfrutar adicto
del reposo
y la calma improvisada
de perderse
sin freno en un buen libro
“vamos a
hacer las cosas más despacio”
dejando con
las ganas al café
y ya si eso
luego, nos vestimos.
EN CUERPO Y ALMA
te creo
en palabra
te recreo
cal
papel
sábana
cualquier
espacio en blanco
me basta.
Los poemas que preceden pertenecen al libro Las nadas inestables (Torremozas, Madrid 2019) de Isabel Logroño.
Son 41 textos de carácter intimista los que forman este libro de versos
libres y métrica variable, en los que su autora sigue indagando en los
misterios de la piel y del alma. Se abre el poemario con “Escribiré tus ojos”,
breve poema de apenas cuatro versos. Continúa con “Deseo” donde prima el afán
comunicativo. Y sin escatimar imágenes ni metáforas están presentes la llamada
de la voz amada, el saberse herida, nadas inestables, duda que grita, tiempo
que muerde, distancia que araña. A veces, laberinto; aunque ello signifique
nocturno desequilibrio solitario, temblorosas paredes, miedo. Miedo en las
íntimas respuestas, en las miradas, en las caricias. Y afrontar ese miedo y
vencerlo, aceptando el deseo sin temor. Vivir el coraje de las emociones, decir
sí al deseo, escribir al amor con arritmia asonante siguiendo el pulso de la vida.
En definitiva, continuar por
el cauce de la poesía erótica - mística. Con la cabeza y el tronco por delante
de las extremidades inferiores, (así es la imagen de la ilustración
de la portada), sabiéndose deudora de la poesía de Ana Rosetti, Almudena
Grandes o Kavafis.
M. S, Latasa Miranda