viernes, 24 de marzo de 2023

Tres poemas de Gabriela López Bono


 



LAS GAVIOTAS DE SAINT ESPRIT ( BAYONA)

 

Las gaviotas de Saint Esprit

van y vienen sobre el Adour

con sus máscaras negras sobre el pico.

Ellas vienen desde los tiempos

en que los días y sus noches

se deslizaban callados

en las clepsidras romanas,

en las menudas velas del Shabat,

en los antiguos calendarios.

Bajo el pliego mágico de sus alas,

el hombre describió su paso

contando lunas y lágrimas.

Las gaviotas de Saint Esprit

todo lo han visto

y tienen mucho que contar.

Ellas reanudarán su vuelo

cuando el último hombre

pronuncie su palabra final,

sin cambiar su destino

ni un grado, ni un metro.

 

 

 LATITUD 38 : ÍTACA Y LISBOA

       (A Sophia de Mello)


El barco en el mar, Sophia,

la magnánima luz

y su sombra imperceptible.

No estar y ser todo

en las infinitas nadas.

La identidad

en ese rotundo atardecer:

Ulises y Pessoa,

viajeros en el tiempo.

Anverso y reverso,

coraza y máscara,

reloj de arena

en el azul profundo,

donde todavía juegan

los delfines.

 



LA CUEVA DE LOS CIEN PILARES (ARNEDO)

 

 Recorro galerías excavadas

en tierra  antigua, roja y  arcillosa.

Humanos que tallaron con anhelo

una ciudad escondida en la roca,

una colmena, dijeron los árabes.

 

Hay un niño aburrido, casi ausente,

que corretea a nuestro alrededor

y descubre entre rayos luminosos,

el polvillo en el suelo de la cueva.

 

Dibuja líneas largas con los dedos,

montañas, círculos, un árbol, frutos,

animales salvajes. Hay dos hombres

acechándolos, fieros, con sus lanzas.

 

Veo a ese niño, desde mi lugar,

sus dibujos expresan claramente

la historia humana: sueños y deseos

condensados en unos breves trazos.

 

 

   Extraídos del libro De lugares y seres de Gabriela López Bono

                                  Zerokotan, 2022

jueves, 9 de marzo de 2023

Están ahí


En este enlace de blog por cortesía de su editora se han incluido algunos poemas

poetryalquimia.wordpress.com/2023/03/09/15-poemas-de-ma-socorro-latasa-miranda/

 

 



 

ESTÁN AHÍ

 

 

Mientras galopa el consumismo

y grandes complejos comerciales

se agitan en torno

a la más irreverente iconoclastia.

 

Frente a la prisa e indiferencia

por el oficio y la obra

y el urgente afán de ganar dinero rápido,

están ahí, desde su origen,

bajo rótulos a veces desvaídos.

Son nombres centenarios que perduran.

 

Abren sus puertas

al puro discurrir de la costumbre.

Y son memoria cotidiana de los días.

Páginas alzadas expuestas al reclamo

de ávidos lectores.

Trasiego imperturbable de unos pasos.

 

Añoranza de manos artesanas,

de viejas prensas, molinos y telares.

 

Prosaicas herramientas, tan obvias:

Tijeras, punzones, agujas,

arcanos bastidores.

Vestigios laboriosos.

Anacrónico quehacer.

 

Botones, pañuelos, encajes...

Objetos varios. Frecuencias

que señalan la usanza de los tiempos.

Efímero pasar sin eludir la historia,

sin esquivar su entraña,

sin omitir siquiera el noble regocijo

de retar al dolor. Perfil de siglos

y sabia alquimia olvidada en reboticas.

 

¿Y qué decir del gozo de los frutos de la tierra?

Caldos de buena cepa

¿O de ese aire decadente de los viejos cafés?

 

Inestimable marco de tertulias. Sabor a siempre

y un algo de alma urbana imprecisable

 

Son pequeñas entidades comerciales.

El nombre de las calles

donde quedan ubicadas nos recuerda

la actividad de los antiguos gremios:

calle Mercaderes, Zapatería, Calderería,

Calceteros, Tejería...

Nos recuerdan también que los artesanos

eran personas  empíricas y no científicas.

Con gran habilidad manual y experiencia

aplicaban recetas y no procesos

de fabricación tan rigurosamente sofisticados

y en series tan elevadas

que dificultan la supervivencia

de estos establecimientos tan arraigados y ásperos de vida.

 

 

                                     M. S. Latasa Miranda

                                         De Azar y tiempo

                                     Editorial Círculo Rojo 2022