sábado, 30 de julio de 2016

Tres poemas de María de Beneyto

 






María de Beneyto





TIERRA VIVA


Con gérmenes de vidas,
con residuos,
con fragmentos de muertes,
vivo.
He nacido de un día
en que el sol incendiaba
la clara primavera.
Con las lilas, las ramas,
con las tiernas
bestezuelas hinchadas de alegría.
De un calor y de un limo.
De un varón y una hembra.
Yo, súbita alimaña de la luz.
Yo, súbito pedazo de la tierra.
(Tierra mágica, tierra interminable,
tierra de signos, honda.
Tierra nueva.)
Mixta yo de raíces
y de voces aéreas,
y de resurrecciones,
y de fieras, remotas
inocencias telúricas...
     Me afirmo vertical
en el aire purísimo,
compacta tolvanera
de la tierra más áspera,
hoy que trae la lluvia
sus ángeles disueltos
para podar extensas llamaradas.
Yo soy del fresco mundo
recién creado, tierra.
Tierra con gozo y con orgullo.
Viva.

                                  De "Tierra viva" 1956         
                              María de Beneyto
                                      

AMIGO ÍNTIMO


Y, con todo, ya veis, no tengo miedo.
Lo tuve, sí, lo tuve cuando era
la luna un círculo de luz helada,
el agua una llamada irresistible,
los árboles un grito monstruoso
de la tierra, y mis manos un extraño
temblor. Hoy no. Estoy libre, estoy atenta
a mis propias pisadas, que no evitan
tropezar con los huesos esparcidos
de la desolación que me rodea.
Estoy casi contenta de irme lejos,
acarreo abundancias abusivas,
enseres inservibles, semilleros
que tienen que brotar por el camino...
El miedo era un hermano muy pequeño
que había que cuidar de que pudiera
caerse y añadirse hasta volverse
un pánico feroz, era una leve
suavísima ternura, tan querida,
que había que cubrir hasta asfixiarla
para que no creciese más. (Su muerte
se duerme aquí en la mía de algún modo).
No tengo miedo, y por lograr ahora
la paz, me voy sin él. (Dadle una tierra
benigna a su cadáver, casi el mío).

Ya veis, por no tener, ya ni siquiera

tengo a mi amor de siempre, al pobre miedo
que tan fiel compañía dio a mi vida.

                                   De Casi un poco de nada 2000
                                   María de Beneyto






TÚ Y LAS LENTEJAS

Las guisabas con mimo, las amabas,
porque tenían que ponernos fuerza
en la sangre. Su hierro lo querías
para así apuntalarnos y que entonces
pudiéramos erguir algo de vida.

Hasta laurel llevabas, todo aroma,
a la gran reunión, a la asamblea.
El fuego, buen amigo de tus manos,
obediente y pequeño, le embestía
a tu otra amiga, su enemiga, el agua.

Era tu guerra chica interminable
en el frente que urdías con el rito
diario, de enfrentar dos elementos
a combatir furiosos por nosotros.
Era aquella tu España diminuta.

Las lentejas cocían tu esperanza,
nuestro futuro tierno, nuestra historia.
Erguían estatura al aire, daban
voracidad de dientes, daban rabia
de paladar y alegría de estar vivos.

Lentejas con laurel y lo que hubiera.
Crecíamos. El humo y el aroma
venían de tus manos, hueso ahora,
madres del hueso articulado mío.

                            De Biografía breve del silencio 1975
                            María de Beneyto






María Beneyto, destacada representante de la poesía de la posguerra española, nació en Valencia el 14 de mayo de 1925.

Sus poemarios de carácter social despuntaron bajo los títulos de Eva en el tiempo 1952, Criatura múltiple1953, Poemas de la ciudad 1953, Tierra viva 1956, y Vida anterior 1962. Fue seleccionada en la antología de Leopoldo de Luis de 1965.   Posteriormente aparecieron El agua que rodea la isla en 1974 y Biografía breve del silencio 1975,  tras los cuales  permaneció sin publicar durante veinte años, reapareciendo en el panorama literario  con títulos como Nocturnidad y alevosía 1993, Hojas para algún día de noviembre 1993, Para desconocer la primavera 1994, El mar, desde la playa 1999, Casi un poco de nada 2000, y Eva en el laberinto en 2006.

Entre los galardones obtenidos destacan: el Premio Boscán en 1953, accésit al Adonáis en 1955, Ciudad de Barcelona en 1956, Calvina Tezaroli de Italia en 1956, Valencianas en 1992 y  Nacional de la Crítica en catalán 2003.

Falleció  en su ciudad natal el 15 de marzo de 2011, a los 85 años.       



viernes, 22 de julio de 2016

Fueron un tiempo de Charo Fuentes

 

En su prólogo “Palabras para un texto”, Charo Fuentes nos recuerda que FUERON UN TIEMPO, título del poemario que presenta, es un verso  tomado del poema que Rodrigo Caro (1573-1647)  dedicó A LAS RUINAS DE ITÁLICA.

         La meditación sobre el trinomio “ amor – tiempo –muerte “ ha atravesado la visión vital del hombre y de la mujer a lo largo de toda la historia de la literatura. El interés por el barroco radica en el cambio, la mudanza, el contraste, características de las  que participan e interseccionan el ayer y el ahora  junto al culto a la imagen y a la apariencia, el ascenso y descenso social, la crisis económica y política, el exceso en cualquier orden, la conciencia de la fugacidad de la vida.

         La decantación por el verso clásico y por las estancias que componen la canción A las ruinas de la Itálica, le han servido a la autora para rememorar la destrucción originada por el tiempo, el amor y la muerte; que solamente se aproximan al poema original por el sentimiento de pérdida, no por la grandeza de la expresión. Y de forma explícita manifiesta : “ Ya se sabe que todo poema es ficción, aunque la línea sutil que separe la realidad y la creación sea muy tenue, y más cuando el que escribe evoca sueños, sentimientos o memorias que pueden ser producto de lo vivido, pero también de lecturas, de imaginación o de recreaciones interiorizadas:”

         El poemario, dedicado a sus cinco hijos, se halla  estructurado en tres partes : Del tiempo, Del Amor y  De la Muerte.
Conforman la primera parte quince poemas precedidos de un verso de Rodrigo Caro de todo aquello quedan las señales. Se arranca con el poema “Escribir”, seguido de “Tan arrogantes soplan” los fieros huracanes a los que aludía Lope de Vega,  “Que habla del tiempo y su reloj de arena” acorde con una cita de Luis de Góngora, “Homenaje al amor”-excelente poema que en tono paradójico busca la armonía en esa lucha de contrarios-

     
Pero la noche existe
porque existe la luz y trae la muerte
pegada en el envés la vida
y es la mentira estela de verdad
Así Tú y yo amantes deseamos
lo indeseable:   el muro
que nos abre     la puerta
que nos cierra    la lucha
donde reconciliar nuestro destino


“Si por ventura viereis”, así como el anterior, ambos recordando en sus citas a San Juan de la Cruz, “Personal”, “El ángel malo” “A la rosa” , “Retrato de muchacha” “De cómo Lisi se miró al espejo .. “ “Naturaleza muerta “  “Tiempo poético” “Sin parar un punto” “Nombrar” la realidad profunda de las cosas/ hálito evocativo/ que onda a onda se resiste.  “Remedio” Formalmente en esta primera se ha decantado por el verso libre o silvas combinando  endecasílabos y heptasílabos

         A la 2ª parte  Del amor sirven de apertura los versos  de la ya mencionada canción de Rodrigo Caro:¡Oh fábula del tiempo!, representa / cuánta fue su grandeza y es su estrago” Formada por dieciséis composiciones , catorce de las cuales son sonetos. En “Juegos de mar para un poema barroco” y “Carpe diem” los tercetos han sido sustituidos por dísticos endecasilábicos.

         A la 3ª  y última parte sirve de pórtico “...todo desapareció. Cambió la suerte / voces alegres en el silencio mudo” de Rodrigo Caro.
Constituida por diecisiete poemas dedicados a la memoria de Luis Rosales, Miguel Hernández, Carmen Conde, Leopoldo de Luis, Ángel Urrutia, Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, “Maestros” como el profesor Aranguren, don Francisco Giner de los Ríos, don Antonio Machado, don Francisco Ynduráin… Especialmente emotivos son los dedicados a su padre, a su abuelo,  el que dedica a su madre en “El último verano” y ”Memoria de la rosa, “A Juan Ruiz Torres, poeta”  del grupo Prometeo. “Al Dios azul y de la belleza  pidiéndole por Manoli”   Finalizando con el poema “¿Ubi sunt?” en memoria de los poetas de la Ribera de Navarra: Arbolanche, Cortés, Malón de Chaide, José María Iribarren, Víctor Arribas, Luis Gil Gómez…

Elipsis en la sintaxis, ausencia de puntuación, paradojas, encabalgamientos son algunos de los recursos estilísticos utilizados en este poemario. En resumen: todo un ejemplo de sabiduría, coherencia y buen hacer poético esta selección reunida en Fueron un tiempo , que mantiene el brío y la pulsión de otros libros anteriores, presentes en la bibliografía de la autora como Uvas torrenciales o Con un papagayo verde.






NATURALEZA MUERTA        
                                                   “Ayer se fue…”
                                                       -Franciso de Quevedo-

Besos cortados del rosal en flor
y expuestos al expolio de los días
¿a dónde fue tu olor
y la frescura?

¿Qué boca se acercó, rozó tus labios
qué audacia de la mano te tocó
rosa de sangre y se rompió en tu espina?

Bellos tajados frutos

Ramos de manantiales       hermanos
hojas secas
padres    besos silvestres
mojadas frescas flores del estío
amigos
mis amigos

Trazos amarillentos
que aún diseccionados en la pared
repican la belleza
de lo que fue y no habita

Inasible era el vuelo   e   imposible
que reste aún
naturaleza muerta de lo desvanecido.
                                                          De Fueron un tiempo
                                                                     Charo Fuentes





TIEMPO POÉTICO

La poesía mudó de rumbo
se cambió de vestido. En su mutis
rodó el mundo de quien la escribía
inútilmente la ensoñó.
Del revés sin sentido le escribió notas   redes.

Si tendía la red a la palabra
buscándola
salía ella de sombras
y extendía su encaje
y a través de sus versos
sus ojos eran y el sabor a mar
llenaba de palabras
las botellas perdidas.

Y cuando ella tocaba las palabras
prendiéndolas   hilvanes
quedaban en la alfombra
del esplendor arcano de sus trajes
o un rastro cenizoso
de baladas ginebra
o polvo de sarmientos
o brasas encendidas.

Y aunque el ritmo se hubiera sosegado
con el tiempo
papeles
chispeando crispábanse
de humo rojo y de luz.
                                      De Fueron un tiempo

                                                                     Charo Fuentes










EL JUEGO

Aprender del sentido del dolor
un lenguaje de gozo, no de pena.
Bailar con chispa el tango al son que suena
saber tachar la huella del rencor.

Darse a luz a uno mismo en el amor
Apostar siempre por la vida plena
Besar con besos de pasión serena
Ser algo sabia a costa del error.

Y si alguna otra vez hombre potente
chocas conmigo y sufres, otro vaso
sea de humanidad la sed abierta.

Te aposentas cruzado en mi presente
mi fracaso te llama tu fracaso
tú desierto de mí, yo tu desierta.



                                         De Fueron un tiempo

                                                                     Charo Fuentes





MIGUEL HERNÁNDEZ, POETA ESPAÑOL

                                                               
                                                                           “Llegó con tres heridas,
                                                                                       la del amor,
                                                                                  la de la muerte,
                                                                                      la de la vida.”
                                                                                      -Miguel Hernández-


La recta final fue un reguero de cárceles:
Valencia, Ocaña, Alicante
Muchas voces amigas apelaron por mí,
fue mi pena de muerte conmutada
por una reclusión de 30 años.

Me pidieron que renegara
de lo que había escrito; así me ayudarían
lo que yo había escrito era mi sangre
era mi voz, mi vida hecha palabra.
Uno no puede renunciar a lo que es.

La cárcel minó mi salud, pero no mi alma
mi alma o lo que sea.
Yo seguía sintiendo ese viento del pueblo
                                             derrotado

pero el viento no es calma
basta una leve
corriente de aire para levantarlo
Yo era libre para seguir pensando
para seguir muriendo
no me iba a desdecir.
                                                   De Fueron un tiempo

                                                                     Charo Fuentes