FINLANDIA EN EL CORAZÓN
DE UN
ÁNGEL CAÍDO
En memoria de Ángel Ganivet
Rompe ya
la señal.
Despunta y
rompe la señal
de un
tiempo baldío, inerme, deshilachado.
Antes que
Riga y Helsinki,
antes que
Amberes o Madrid
fueron
Granada, el Darro, la Vega del Genil,
el alma de
los cármenes, la Alhambra,
la
infancia, los amigos...
la luz
del sur como una plenitud de soles,
de sendas
y avellanos,
un perfume
a naranjos y jazmines nevados.
¿Y qué
después de la quimera?
¿Qué
facultad de ser y no estar,
sentir y disentir, amar y desamar?
Después de
la quimera,
después de
andar y desandar
llegan la
danza y contradanza;
pasos que
se ejercitan
rítmicamente
acompasados
al viejo y
nuevo son:
el
verdadero ideal,
la fe en
el porvenir,
reflejo y
eco de la vida buena.
¿De qué
lugar, en qué tiempo
reflejo y
eco de la vida buena?
¿Nadie
responde?
Políglota
la voz.
Hacia
arriba la idea.
Cerca del
Círculo Polar
¿es verdad
que en las noches de invierno
la aurora
boreal colorea los cielos?
Desde
Helsinki
las cartas
finlandesas
con sabor
a intrahistoria
perfilaban
la vida y las costumbres
de
los hombres del norte,
con sus
cuitas, trabajos y pasiones
con sus
luces y sombras.
Largo
invierno y cansancio de nieve se aproximan.
Y triste y
fría es la luz si enferma la razón
o si
distancia y tiempo forjan ausencia y olvido.
Triste y
fría es la luz en los hogares
de pueblos
y ciudades,
a pesar de
sus mitos y leyendas,
a pesar de
sus lagos y saunas,
sus
trineos y deportes alpinos.
Triste y
fría es la luz si no hay amor ni esperanza.
Por el
Kalevala y la épica del canto
se supo
transitando por la tierra de los héroes
mientras
Sibelius dando vuelo a la saga de Ibsen,
concertaba
en pianos y violines la música escandinava.
¿Qué importa
ya lo que vino después?
¿Qué
importa Riga, el Dvina o Moscú?
¿Qué
importa la invención de Pío Cid,
su conquista y afanes?
¿Qué
importa Pedro Mártir
y sus
buriles de escultor?
Que por
siempre sea Finlandia posible y blanco horizonte
en el
corazón cansado de un ángel caído.
M. S. Latasa Miranda
De Azar y tiempo