junio 23, 2015
Rio de Janeiro es….
risas y voces que
quieren elevarse al cielo,
gigantografías
andantes,
small, medium, pero
principalmente large,
árboles y plantas que
desbordan del cemento,
mujeres pulposas con
escotes pronunciados que llaman al pecado
y calzas que marcan
sus curvas y se calcan con las ondulaciones
juguetones de los
morros.
Todo suena alto.
Los pájaros desde el fuerte de Copacabana gritan cuando
pasan cerca.
Las personas en el bar de Largo do Machado elevan sus
palabras para poder escucharse. Las bocinas,
los motores, los autos, los buses,
los taxis…
no cesan nunca y se escabullen en la multitud,
como si fueran pequeñas hormigas tratando de llegar a algún
lado.
La miseria, presente,
muy presente y también pulposa,
exagerada, mostrando
los rincones más patéticos.
Locos, hambrientos,
sucios, drogados, descalzos, abandonados, perdidos
Hombres, abuelos,
madres, niños,
linyeras que son más
que linyeras, sin la mínima noción de propiedad,
Ni casa, ni ropa, ni
familia, ni comida, ni baño, ni esquina, ni esperanza de futuro…
Nada.
Río de Janeiro es dos
mundos en paralelo.
Risas y llanto, amor
y odio. Provoca extremos.
Locura, que atrapa.
Caos, que te hace
bailar.
Miseria, que te hace
ignorar.
Autora: Regina Candel Martínez
