jueves, 22 de octubre de 2015

Capricho 25: Se quebró el cántaro



 

CAPRICHO 25



SE QUEBRÓ EL CÁNTARO

Una mujer, irritada, porque su hijo ha hecho pedazos un cántaro cuyos despojos están en primer término, le pega a éste una zurra con el zapato.
El hijo es travieso y la madre colérica.
¿Cuál es peor?


Está quebrado el cántaro y sin ira
tirado en tierra está de donde vino.
Ingenua distracción o desatino
tuvo culpa de verse cual se mira.

Pobre niño, asustado, no respira
mientras madre castiga barro y vino
sin saber que las cuentas del destino
se pagan, se recogen y se tiran.

De tierra y agua el fuego nos dio vida
y así vivimos mereciendo ampara
sin otra obligación que la sonrisa.

Si el cántaro se rompe, no es medida
dar golpes de locura y sin reparo
herir a un niño y espantar la risa.




Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006



No hay comentarios:

Publicar un comentario