miércoles, 28 de septiembre de 2016

Recordando a Buero Vallejo



 

A punto de celebrarse el centenario del nacimiento del dramaturgo  Antonio Buero Vallejo ( 1916-2000) he seleccionado un fragmento de La señal que se espera, comedia dramática en tres actos estrenada la noche del 21 de mayo de 1952 en el Teatro Infanta Isabel de Madrid.
La escena se desarrolla en un pazo de Galicia donde veranean el matrimonio formado por Enrique y Susana. Con ellos se encuentra el músico Luis Bertol y Julián, viejo amigo que acaba de llegar.
El texto, perteneciente al primer acto, reproduce el diálogo que mantiene el anfitrión de la casa con el recién llegado. Enrique pregunta a Julián si conoce la historia de Bertol, quien tras permanecer un año en un sanatorio no ha vuelto a componer..



Antonio Buero Vallejo nació en Guadalajara el 29 de septiembre de 1916 donde cursó el bachillerato y en 1933 se trasladó a  Madrid para estudiar  pintura en la Escuela de Bellas Artes. La guerra civil interrumpió sus estudios y terminada la contienda fue condenado a muerte, aunque se le conmutó la pena por cadena perpetua y estuvo en la cárcel casi siete años; allí coincidió con Miguel Hernández.
En 1949 obtuvo el premio Lope de Vega por su obra Historia de una escalera, a la que siguieron En la ardiente oscuridad (1950); El concierto de San Ovidio (1962); El tragaluz (1967); Diálogo secreto (1984); Lázaro en el laberinto (1986); Música cercana (1989), son algunos de los casi treinta títulos que conforman su obra.
En su extensa y variada producción hay algunos dramas históricos como: Un soñador para un pueblo, de 1958, basado en la vida de Esquilache; Las meninas, de 1960, presenta a Velázquez; El sueño de la razón, de 1970, recreando al pintor Goya; La detonación, de 1977, al escritor Mariano José de Larra. En 1971 fue elegido miembro de la Real Academia Española y en 1986 obtuvo el Premio Cervantes de Literatura.
Gravedad, rigor, dramatismo a la par que gran calidad literaria son características inherentes al conjunto de  su obra; donde a pesar del tono sombrío subyace la esperanza o eficacia en ciertos valores como el amor, la fe o confianza en el porvenir, la sinceridad….
Junto con Alfonso Sastre y Miguel Mihura contribuyó a la  renovación del teatro español de posguerra. 


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