TESTIGO DE SU TIEMPO
A Mercedes
Viñuela, con mi mejor recuerdo.
Vio su vida como un río
hasta llegar al mar.
Ese mar que a veces
guarda silencio
por las
velas rasgadas
de una barca abandonada.
Y decía que en destellos de plata
la luna cuando se esconde
propicia lágrimas saladas.
Otras veces en el aire florecía
el sueño y la sonrisa de los niños,
las olas azuladas,
las alas, los pájaros inquietos,
la ronda de estaciones.
Nostalgias y quimeras.
Recuerdos de azucenas, de rosas y jazmines.
Los árboles de otoño traían también
tardes de mimbre con heridas de viento.
Y silencio y hechizos. Y poetas:
Federico y el Sur, sus romances, sus nanas.
Rafael Alberti y sus canciones,
sus poemas de amor y mar.
Venturas y desventuras,
ausencias y silencios.
Y su niña de luz
a la orilla del tiempo.
Vivencias y retratos
de sus seres queridos
acompañaron el curso de sus días
hasta afrontar serena el último viaje
M. S. Latasa Miranda
De Entre palabrasEditorial Círculo Rojo
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