Por fortuna he podido acceder a la
lectura, en versión digital, del ensayo Visión poética en tres libros de
Alfredo Pérez Alencart
(Coedición Hebel-Betania, Santiago y Madrid, 2017) Escrito en Nueva York por el
ensayista y poeta David Cortés Cabán (Arecibo, Puerto Rico, 1952), entre los
motivos que le llevan a analizar la obra poética del poeta hispano-peruano
Pérez Alencart señala la dimensión humana y ética de su mensaje, su
preocupación y solidaridad con quienes son víctimas de la injusticia, las guerras,
la pobreza, su concepto del amor, la familia, la amistad.
En la primera
parte centra su comentario y reflexiones sobre Cartografía de las
revelaciones. Orienta su mirada
no a la simple superficie de las cosas, las actitudes o tendencias que nos separan,
sino a lo que enaltece la vida y la dignifica. Y se halla estructurado en
cinco secciones: 1ª “Nuestros
hasta siempre”, el autor se detiene en poetas
como Teresa de Jesús,
Juan de Yepes, Miguel Hernández. 2ª “Los rumbos del viento” expresará la vida
como revelándose en el viento El viento mismo actuará aquí como una fuerza cósmica que irá
proyectando el sentido ontológico del ser en el universo y reflejará lo que
sucede en el mundo. En la 3ª sección “Otro cuaderno para Jacqueline” es el amor quien lo preside todo y cobra cuerpo y
forma en la presencia de su amada. La 4ª “En días como estos” trata sobre las
problemáticas sociales y dolorosas de la vida: las consecuencias de los
conflictos bélicos y la indiferencia ante sufrimiento. Todo lo que destruye y
niega el credo de
la hermandad humana se convierte aquí en un
paisaje desolado. En la 5ª “Los puntos cardinales”, se afirma el sentido
reflexivo de esos lugares por los que ha caminando el poeta,
la emoción de esas
andanzas y encuentros de amigos. Todo expresado con el sentimiento de
gratitud que sustenta
la existencia
La segunda parte
gira en torno a Un pie en el estribo donde se refleja una visión poética influenciada por el
noble ideal del Quijote, proyectando a través de esta poesía una conciencia
solidaria del mundo, intentando convertir la incertidumbre de la vida en un
acto de fe en el porvenir, tratando de que el ser humano pueda albergar una
nueva esperanza. Una esperanza que provoque un genuino interés por el bien de
todos, y una verdad que saque al ser humano de su individualismo.
Y la tercera
parte sobre Savia de las antípodas nos informa de que este poemario
contiene setenta y
cuatro haikus acompañados de ilustraciones del pintor Miguel Elías.
Los haikus de Pérez
Alencart contienen “el mundo de sus emociones y vivencias” y también
el de la compleja
trama de su realidad circundante. Se acerca a la vitalidad del instante en
una poética
condicionada por la experiencia de lo fugaz, es decir, por aquello que permite
percibir en un
instante el esplendor del mundo y compartir su belleza. Por eso, la expresión
poética se funda en la
percepción y experiencia del momento, resumida en tres versos que
cristalizan en un modo
reflexivo del tiempo y del paisaje.
El haiku es una instantánea de la realidad. No transforma el
mundo ni lo embellece; lo muestra. El primer haiku del libro, dedicado a Matsuo
Basho , poeta japonés del siglo
XVII, tiende un puente invisible hacia uno de los más conocidos haikus de Basho
:
Un viejo estanque
al zambullirse la
rana
ruido de agua
Y Alfredo Pérez
Alencart deja en resalte el nacimiento del poema a través de Basho.
Basho describe
el salto de la
rana.
Nace el poema.
En otro de los haikus
el alma viaja confiada en la imagen de la libélula, entregada a la
búsqueda de aquello
que está más allá del tiempo y del espacio
Ágil mi alma
como la libélula
perdiéndose.
O la valentía del
pájaro transitando por cielos de tormenta.
Sigue su vuelo
el pájaro mojado
por la tormenta.
En definitiva, una buena opción la propuesta del
profesor David Cortés Cabán para iniciar el
recorrido por la poética de Pérez Alencart a
través de estos tres libros que nos permite adentrarnos en el meollo de sus
composiciones y captar la esencia de sus versos.
María Socorro Latasa Miranda
Aoiz, 19
de diciembre 2017