martes, 25 de noviembre de 2014

Tres poemas de Delmira Agustini

CEGUERA



Me abismo en una rara ceguera luminosa,
un astro, casi un alma, me ha velado la Vida.
¿Se ha prendido en mí como brillante mariposa,
o en su disco de luz he quedado prendida?
No sé...
Rara ceguera que me borras el mundo,
estrella, casi alma, con que asciendo o me hundo.

¡Dame tu luz y vélame eternamente el mundo!
                             

                                                 Delmira Agustini (1886-1914)




LA MUSA

Yo la quiero cambiante, misteriosa y compleja;
con dos ojos de abismo que se vuelvan fanales;
en su boca, una fruta perfumada y bermeja
que destile más miel que los rubios panales.

A veces nos asalte un aguijón de abeja:
úna raptos feroces a gestos imperiales
y sorprenda en tu risa el dolor de una queja;
¡En sus manos asombren caricias y puñales!

Y que vibre, y desmaye, y llore, y ruja, y cante,
y sea águila, tigre, paloma en un instante,
que el Universo quepa en sus ansias divinas.

Tenga una voz que hiele, que suspenda, que inflame,
y una frente que, erguida, su corona reclame
¡de rosas, de diamantes, de estrellas o de espinas!


                                                     Delmira Agustini (1886-1914)





EXPLOSIÓN

¡Si la vida es amor, bendita sea!
Quiero más vida para amar! Hoy siento
que no valen mil años de la idea
lo que un minuto azul de sentimiento.

Mi corazón moría triste y lento...
Hoy abre en luz como una flor febea.
¡La vida brota como un mar violento
donde la mano del amor golpea

Hoy partió hacia la noche, triste, fría...
rotas las alas, mi melancolía;
como una vieja mancha de dolor

en la sombra lejana se deslíe...
¡Mi vida toda canta, besa, ríe!
¡Mi vida toda es una boca en flor!
                                                                                De  El libro blanco

                                                                                          Delmira Agustini (1886-1914)











Delmira Agustini

Tres poemas de Delmira Agustini. El pasado 6 de julio se cumplían los cien años de su muerte acaecida en Montevideo, a los 27 años. En un día como hoy justo es recordar a esta poeta. Poeta uruguaya nacida en Montevideo el 24 de octubre de 1886, de padre uruguayo y madre argentina pertenecientes a la burguesía conservadora. Sin acudir a centro alguno  de enseñanza, ni público ni privado, le procuraron una educación esmerada en el seno familiar. Estudió francés, piano, dibujo, pintura. Y desde el principio alentaron su vocación literaria publicando su primer poemario, El libro blanco en 1907, de influencia modernista  Luego aparecieron Cantos de la mañana en 1910 y Los cálices vacíos (1913) donde según algunos críticos y estudiosos de su obra “su erotismo conjuga con acierto el sueño y la vigilia, la pasión exaltada y el pesimismo, los sentimientos de amor y de la muerte”. 

Contrajo matrimonio en 1913 con Enrique Job Reyes, pero su matrimonio fracasó a los dos meses y se divorciaron. El 6 de julio de 1914, murió asesinada a los 27 años por su ex marido quien se suicidó después.

 Transcurridos diez años de  su muerte, en 1924,  se publicaron sus obras completas en dos tomos  El rosario de Eros (1924) y Los astros del abismo.
 
 Sus cartas también fueron recopiladas y editadas por Arturo Sergio Visca en Correspondencia íntima (1969)

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