miércoles, 19 de julio de 2017

Sobre el nuevo poemario de Charo Fuentes


 



Probablemente las manifestaciones de la lírica en sus orígenes fueron composiciones poéticas a modo de cantos populares que se han ido transmitiendo oralmente a través del tiempo y han sido fuente de inspiración para la poesía culta.
Al parecer las primeras manifestaciones  fueron las jarchas de los siglos XI y XII. Eran los versos finales que servían de remate a las moaxajas, escritas en árabe o hebreo.
En los siglos XIII y XIV  surgieron las cantigas de amigo en la lírica galaico-portuguesa cuyos temas y asuntos reflejaban aspectos de la vida cotidiana: canciones de cuna, de amor, de boda, de siega, de vendimia, a la primavera, a la madre,  a  la muerte…
Las canciones populares adquirían forma de serranilla, endecha, romance, copla, seguidilla, el zéjel o villancico.

Con la mirada puesta en los albores de la lírica medieval, cuatro son los textos seleccionados por Charo Fuentes que preceden y acompañan su nueva entrega. Un fragmento de Yehuda Ha Levi (¿1170 - 1141?), una jarcha andalusí, una de las cantigas galaico-portuguesa y una estrofa de Gil Vicente (1470 –1539) sirven de entrada a su más reciente publicación: Canciones de amiga y otras danzas.
La primera parte se halla constituida por 33 composiciones donde predomina el tono fresco, ameno, divertido. Son escenas de la vida urbana y donde podemos hallar la canción de la oliva, de la vieja pena –resuelta en díptico- , del beso, de los álamos secos y de los álamos sin pájaros, (pág. 19) recordando a Machado:

Altos ruiseñores de la dicha humana
mi oído mis manos, mi voz os reclama
Álamos del amor.

La canción de los puentes, incluido el parisino Mirabeau sobre el Sena, cantado por Guillaume Apollinaire (1880-1918).
Otros motivos como la espuma, la alegría en primavera, la vieja caza, la paloma, los ojos morenos, las canciones de albada que  tendrían su origen en la poesía trovadoresca provenzal, la canción del pirata (un guiño a Espronceda) (pág. 38)

                 
                           Navego hacia el ser más
                           estar más viva.
                                     ……..
                           Cabeza libre voy
                           en mar abierto.

O la canción de la madre,  las seguidillas para María o la cantiga del verano que cierra la primera parte. Todas ellas conforman Canciones de amiga donde su autora ha querido dejar constancia de que Ya no es el tiempo de esas canciones de mujer escritas por hombres, que nos escribieron llorando; escribo mis canciones jugando. Yo quisiera darles la vuelta entre comicidad y cierta melancolía.  

En la segunda parte una cita de Jorge Manrique (1440-1479) marca el paso hacia  …Y otras danzas. Son diez composiciones donde poder encontrar una canción de cuna para no dormir y versa sobre las pateras y otras travesías,  la canción del refugiado, la danza de la muerte, una canción de Navidad para Gloria Fuertes, un romance para Pepe Hierro o una blanca canción de despedida.
Celebremos, pues, estas canciones de amiga y otras danzas que Charo Fuentes nos entrega. Y larga vida a su canto.

 

CANCIÓN DE LA MADRE


Para que tú me quieras
me hice fuente, soy río
manantial de sonrisas,
lecho de piedras frescas.

Para que tú me quieras
blanco puñal de leche
caliente y diminuto
pájaro, soy eterna.

Barro tú florecido
¿qué camino de besos?
¿qué luna de deseos
te empujó hacia la tierra?

Para que tú me quieras
encenderé tus brasas
y sembraré en tus
nidos arpones y poemas

y leeré en tus ojos
lejanos y futuros
y atizaré en tu fragua
rebeldes, tus estrellas.

Para que tú me quieras
necesito ser mía
mía, tan mía como
solo así de tan vuestra.
                                    De Canciones de amiga y otras danzas

                                                        Charo Fuentes                      

                    

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