viernes, 28 de diciembre de 2018

Artista "contra viento y marea"





Otra mujer navarra contemporánea de Emiliana Zubeldía nacida en el mismo año y en el mes de diciembre fue María del Villar Berruezo. Recientemente con motivo de la exposición Contra viento y marea,  de la mano de la fundación que lleva su nombre se puso a disposición del público y personas interesadas el texto divulgativo sobre la vida y la obra de la artista que a continuación se reproduce en cursiva:

María del Villar Berruezo De Mateo nació en Tafalla en 1888. Salió de su ciudad natal en 1910 con la ilusión de realizar el sueño de dedicarse al arte y comenzó en Madrid el aprendizaje de actriz, primero, y de bailarina, después. Debutó como danzarina en Lisboa en 1915, con el nombre artístico de Noré. Junto a otros artistas de la época recorrió sin tregua un sinfín de escenarios, de Vigo a Algeciras, de Barcelona a Madrid. Su voluntad y necesidad de profundizar en la raíz de la danza, le convirtió en estudiosa de la historia, el arte pictórico, la música, el vestuario… Carácter, rigor, fuerza, veracidad, son adjetivos que se acomodan muy bien a la trayectoria que la condujo hasta París, donde a partir del año 1920, deslumbró a un público versado en espectáculos con su elegancia de movimientos, el lujo de sus vestidos y su original puesta en escena. María del Villar conoció el éxito en los más importantes escenarios de Europa. También bailó en África y Latinoamérica para otro tipo de público que igualmente la recibió con aplausos y reconoció su valía.

No fue fácil para ella trazar el itinerario de sus sueños. Logró ser artista “contra viento y marea”. Su biografía está cincelada por el esfuerzo constante. Cuando Europa entró en guerra, María del Villar halló refugio en Angola y Mozambique, países que despertaron su inquietud literaria y le abrieron las puertas a la publicación de artículos, reseñas, columnas, poemas y relatos en la prensa escrita, así como a la divulgación de temas relacionados con la danza en distintas emisoras de radio. La transición entre la extensa carrera de bailarina y la de escritora, se produjo como una continuidad de la esencia artística de María del Villar.
         Publicó tres libros de poemas, dos de relatos y una novela, y dejó otros tantos textos inéditos, algunos sin concluir. Jamás se olvidó de su lugar de nacimiento, infancia y primera juventud; dos de sus libros de narrativa cuentan las andanzas y avatares de una chiquilla, la Villarica, que poseía la capacidad de ver un poco más lejos que la mayoría de las criaturas de su edad. Falleció en San Sebastián en 1977, en casa de sus familiares, a donde llegó desde París, la ciudad en la que residió la mayor parte de su vida.

 
Fotografía de la exposición

No hay comentarios:

Publicar un comentario