jueves, 6 de marzo de 2014

Tres poemas de Ana María Moix

 
AQUEL HOMBRE DE OJOS ROJOS...

Aquel hombre de ojos rojos y chaqueta azul venía
de muy lejos. Balbuceaba canciones por los parques y solía
relatar historias aparentemente sin sentido. Sin embargo,
parecía poseer un extraño entendimiento y saber
por qué algunos adolescentes lloran al despertar, herido
el pecho por el resplandor de la mañana.

                                Ana María Moix

                                                  



PASABAN DE LAS DOCE DE LA NOCHE...

Pasaban de las doce de la noche cuando regresaba
a casa, y juro que no bebí, pero allí estaban los dos, ju-
gando a cartas a la vuelta de la esquina. Eran dos som-
bras para siempre enamoradas: Bécquer y Ché Guevara.

                                         Ana María Moix






TODO SUCEDIÓ CON LA MÁXIMA SENCILLEZ...

Todo sucedió con la máxima sencillez, de acuerdo con lo que
las conveniencias exigen y sin afectación alguna por su parte.
Corazón Amarillo Sangre Azul pronunció su último mensaje:
dejad en paz a los alcohólicos y no olvidéis que los cisnes
cantan antes de morir.

                                      Ana María Moix





     
Ana María Moix


Los  poemas seleccionados pertencen a Ana María Moix  recientemente fallecida. Aunque se inició en la literatura como poeta realmente logró consolidarse como narradora  de relatos, novelista y traductora. Había nacido en Barcelona en 1947 y era hermana del también escritor Terenci Moix . Estudió Filosofía y Letras y junto a Pere Gimferrer, Félix de Azúa y  Leopoldo María Panero, entre otros, fue la única mujer incluida  en la antología Nueve novísimos poetas españoles de Josep María Castellet.

En 1969 publicó los poemarios  Baladas del dulce Jim y Call me Stone. En 1970 obtuvo el Premio Vizcaya de Poesía con No time for flowers .Bajo el título  A imagen y semejanza, reunió su obra poética..
En su primera novela, Julia (1970), describe la vida de una joven perteneciente a la burguesía catalana que se niega a crecer y a superar el reto de la madurez, y retrata el mundo rebelde y utópico de la universidad en la década de 1960. 
Entre los años 1976 y 1979 perteneció al equipo que publicaba Vindicación Feminista, y esa preocupación por conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, y una sociedad más justa, seguirá siendo una constante en su obra.
Colaboradora en diversos medios de Madrid y Barcelona dirigió las colecciones de poesía y relatos de la  editorial Plaza y Janés.  Con Las virtudes peligrosas (1985), y Vals Negro (1994) consiguió el premio Ciudad de Barcelona. Otros títulos :Miguelón (1986), La niebla y otros relatos (1988), Extraviadas ilustres (1996), De mi vida real nada sé (2002)
Cuentos suyos como Ronda de noche (1996), Morir caballo (1996), Un poco de pasión (1998), Un día, de repente, sucede (1998) o Un árbol en el jardín (1999) han aparecido publicados en libros que recogen obras de diferentes autores.
Su narrativa se caracteriza por el estudio psicológica de sus personajes, el interés por el mundo onírico y  su veta existencialista. Falleció en Barcelona el 28 de febrero de 2014, a los 66 años.

sábado, 22 de febrero de 2014

Recordando a Antonio Machado a los 75 años de su muerte en Collioure

 

RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y más que un hombre al uso que sabe su doctrina
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.


A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
                                                           

                                                              

                                     Antonio Machado (1875- 1939)

                                                   
                          



AL GRAN CERO
                                    (Del apócrifo Abel Martín)

Cuando el Ser que se es hizo la nada
y reposó, que bien lo merecía,
ya tuvo el día noche, y compañía
tuvo el hombre en la ausencia de la amada.

Fiat umbral brotó el pensar humano.
y el huevo universal alzó, vacío,
ya sin color, desubstanciado y frío,
lleno de niebla ingrávida, en su mano.

Toma el cero integral, la hueca esfera,
que has de mirar, si lo has de ver, erguido.
Hoy que es espalda el lomo de tu fiera,

y es el milagro del no ser cumplido,
brinda, poeta, un canto de frontera
a la muerte, al silencio y al olvido.

                                               Antonio Machado (1875- 1939)



GLOSA


Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir. ¡Gran cantar!

Entre los poetas míos
tiene Manrique un altar.

Dulce goce de vivir:
mala ciencia del pasar,
ciego huir a la mar.

Tras el pavor de morir
está el placer de llegar.

¡Gran placer!
Mas ¿y el horror de volver?
¡Gran pesar!
                                                             
             Antonio Machado (1875- 1939)



PROVERBIOS Y CANTARES 

 1. Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.


4. Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.



9. Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.


41. Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.


42. ¿Dices que nada se pierde?
Si esta copa de cristal
se me rompe, nunca en ella
beberé, nunca jamás.


43. Dices que nada se pierde,
y acaso dices verdad;
pero todo lo perdemos
y todo nos perderá.


44. Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.






RENACIMIENTO

Galerías del alma... ¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva...
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano,
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.
<>
En nuestras almas todo
por misteriosa mano se gobierna.
Incomprensibles, mudas,
nada sabemos de las almas nuestras.
Las más hondas palabras
del sabio nos enseñan,
lo que el silbar del viento cuando sopla,
o el sonar de las aguas cuando ruedan.
                  


                                                  Antonio Machado (1875- 1939)






 
Antonio y Manuel Machado


El poeta ANTONIO MACHADO RUIZ nació  en Sevilla el 26 de julio de  1875 y falleció, hallándose exiliado con su madre, en Collioure (Francia) el 22 de febrero de  1939  hace 75 años.
 De ascendencia ilustrada y liberal, cuando su familia se trasladó a Madrid  pudo continuar su formación en la Institución Libre de Enseñanza. Frecuentó tertulias literarias junto con su hermano Manuel -también poeta y dramaturgo- Siguiendo los pasos de su hermano mayor viajaría a París en 1899 donde conoció a Baroja, Oscar Wilde y posteriormente al filósofo  Bergson
Estudió Filosofía y Letras, fue catedrático de francés en los Institutos de Soria, Segovia, Baeza y Madrid. En 1927 fue elegido Académico de la Real Española, cuyo discurso de ingreso no pronunció nunca. Perteneciente a la Generación del 98, es uno de sus representantes más significativos.
Está considerado como uno de los grandes poetas de la lengua castellana. Su obra poética se caracteriza por la sencillez y precisión en el lenguaje. Cantó a la tierra, al mar, a los olivos, y  en diversos tonos a la gloria del amor.  En su poesía se refleja la visión dolida de su patria y la recreación de la belleza que encierran las pequeñas cosas. 
Entre sus obras más significativas: Soledades, galerías y otros poemas en 1903, Campos de Castilla en 1912, Nuevas canciones en 1925 y La guerra en 1938.