RETRATO
Mi infancia
son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto
claro donde madura el limonero;
mi
juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi
historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un
seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya
conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas recibí
la flecha que me asignó Cupido,
y amé
cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis
venas gotas de sangre jacobina,
pero mi
verso brota de manantial sereno;
y más que
un hombre al uso que sabe su doctrina
soy, en el
buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la
hermosura y en la moderna estética
corté las
viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo
los afeites de la actual cosmética,
ni soy un
ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las
romanzas de los tenores huecos
y el coro
de los grillos que cantan a la luna.
A
distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho
solamente, entre las voces, una.
¿Soy
clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso,
como deja el capitán su espada:
famosa por
la mano viril que la blandiera,
no por el
docto oficio del forjador preciada.
-quien
habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi
soliloquio es plática con este buen amigo
que me
enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo,
nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi
trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje
que me cubre y la mansión que habito,
el pan que
me alimenta y el lecho donde yago.
Y cuando
llegue el día del último viaje,
y esté al
partir la nave que nunca ha de tornar
me
encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi
desnudo, como los hijos de la mar.
Antonio Machado (1875- 1939)
AL GRAN
CERO
(Del apócrifo Abel Martín)
Cuando el
Ser que se es hizo la nada
y reposó,
que bien lo merecía,
ya tuvo el
día noche, y compañía
tuvo el
hombre en la ausencia de la amada.
Fiat umbral brotó el pensar humano.
y el huevo
universal alzó, vacío,
ya sin
color, desubstanciado y frío,
lleno de
niebla ingrávida, en su mano.
Toma el cero
integral, la hueca esfera,
que has de
mirar, si lo has de ver, erguido.
Hoy que es
espalda el lomo de tu fiera,
y es el
milagro del no ser cumplido,
brinda,
poeta, un canto de frontera
a la
muerte, al silencio y al olvido.
Antonio Machado (1875- 1939)
GLOSA
Nuestras
vidas son los ríos
que van
a dar a la mar,
que es
el morir. ¡Gran cantar!
Entre los
poetas míos
tiene
Manrique un altar.
Dulce goce
de vivir:
mala
ciencia del pasar,
ciego huir
a la mar.
Tras el
pavor de morir
está el
placer de llegar.
¡Gran
placer!
Mas ¿y el
horror de volver?
¡Gran
pesar!
Antonio Machado (1875- 1939)
PROVERBIOS Y CANTARES
1. Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la
memoria
de los hombres mi
canción;
yo amo los mundos
sutiles,
ingrávidos y
gentiles
como pompas de
jabón.
Me gusta verlos
pintarse
de sol y grana,
volar
bajo el cielo
azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
4. Nuestras horas
son minutos
cuando esperamos
saber,
y siglos cuando
sabemos
lo que se puede
aprender.
9. Caminante, son
tus huellas
el camino, y nada
más;
caminante, no hay
camino,
se hace camino al
andar.
Al andar se hace
camino,
y al volver la
vista atrás
se ve la senda que
nunca
se ha de volver a
pisar.
Caminante, no hay
camino,
sino estelas en la
mar.
41. Bueno es saber
que los vasos
nos sirven para
beber;
lo malo es que no
sabemos
para qué sirve la
sed.
42. ¿Dices que
nada se pierde?
Si esta copa de
cristal
se me rompe, nunca
en ella
beberé, nunca
jamás.
43. Dices que nada
se pierde,
y acaso dices
verdad;
pero todo lo perdemos
y todo nos
perderá.
44. Todo pasa y
todo queda;
pero lo nuestro es
pasar,
pasar haciendo
caminos,
caminos sobre la
mar.
RENACIMIENTO
Galerías
del alma... ¡El alma niña!
Su clara
luz risueña;
y la
pequeña historia,
y la
alegría de la vida nueva...
¡Ah, volver
a nacer, y andar camino,
ya
recobrada la perdida senda!
Y volver a
sentir en nuestra mano,
aquel
latido de la mano buena
de nuestra
madre... Y caminar en sueños
por amor de
la mano que nos lleva.
<>
En nuestras
almas todo
por
misteriosa mano se gobierna.
Incomprensibles,
mudas,
nada
sabemos de las almas nuestras.
Las más
hondas palabras
del sabio
nos enseñan,
lo que el
silbar del viento cuando sopla,
o el sonar
de las aguas cuando ruedan.
Antonio Machado (1875- 1939)
El poeta ANTONIO MACHADO RUIZ nació en Sevilla el 26 de julio de 1875 y falleció, hallándose exiliado con su madre, en Collioure (Francia)
el 22 de febrero de 1939 hace 75 años.
De ascendencia ilustrada y liberal, cuando su familia se
trasladó a Madrid pudo continuar
su formación en la Institución Libre de Enseñanza. Frecuentó tertulias
literarias junto con su hermano Manuel -también poeta y dramaturgo- Siguiendo los pasos de su hermano mayor
viajaría a París en 1899 donde conoció a Baroja, Oscar Wilde y posteriormente
al filósofo Bergson
Estudió Filosofía y Letras, fue catedrático
de francés en los Institutos de Soria, Segovia, Baeza y Madrid. En 1927 fue
elegido Académico de la Real Española, cuyo discurso de ingreso no pronunció
nunca. Perteneciente a la Generación del 98, es uno de sus representantes más significativos.
Está considerado como uno de los grandes
poetas de la lengua castellana. Su obra poética se caracteriza por la sencillez
y precisión en el lenguaje. Cantó a la tierra, al mar, a los olivos, y en diversos tonos a la gloria del amor. En su poesía se refleja la visión dolida de
su patria y la recreación de la belleza que encierran las pequeñas cosas.
Entre sus obras más significativas: Soledades, galerías
y otros poemas en 1903, Campos de
Castilla en 1912, Nuevas
canciones en 1925 y La guerra en 1938.
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