domingo, 23 de marzo de 2014

CUATRO POEMAS DE GERTRUDIS GÓMEZ DE AVELLANEDA EN EL BICENTENARIO DE SU NACIMIENTO



AL PARTIR

¡Perla del mar! ¡Estrella de occidente!
¡Hermosa Cuba! Tu brillante cielo
la noche cubre con su opaco velo,
como cubre el dolor mi triste frente.

¡Voy a partir!... La chusma diligente,
para arrancarme del nativo suelo
Ias velas iza, y pronta a su desvelo
la brisa acude de tu zona ardiente.

¡Adiós!, ¡patria feliz, edén querido!
¡Doquier que el hado en su furor me impela,
tu dulce nombre halagará mi oído!

¡Adiós!... Ya cruje la turgente vela...
¡El anda se alza... El buque, estremecido,
Ias olas corta y silencioso vuela!


                                                 Gertrudis Gómez de Avellaneda
             


SUPLICIO DE AMOR *


¡Feliz quien junto a ti por ti suspira,
quien oye el eco de tu voz sonora,
quien el halago de tu risa adora
y el blando aroma de tu aliento aspira!

Ventura tanta, que envidioso admira
el querubín que en el empíreo mora,
el alma turba, el corazón devora,
y el torpe acento, al expresarla, expira.

Ante mis ojos desaparece el mundo
y por mis venas circular ligero
el fuego siento del amor profundo.

trémula, en vano resistirte quiero.
de ardiente llanto mi mejilla inundo.
¡delirio, gozo, te bendigo y muero!

*Este soneto de Gertrudis Gómez de Avellaneda lo he leido también con otro título “Imitando una oda de Safo”



SIGNIFICADO DE LA PALABRA YO AMÉ

Imitación de Parny

    Con yo amé dice cualquiera
Esta verdad desolante:
-Todo en el mundo es quimera,
No hay ventura verdadera
Ni sentimiento constante.
     Yo amé significa: -Nada
le basta al hombre jamás:
La pasión más delicada,
La promesa más sagrada,

Son humo y viento... ¡y no más!


MI MAL

En vano ansiosa tu amistad procura
adivinar el mal que me atormenta;
en vano, amigo, conmovida intenta
revelarlo mi voz a tu ternura.

Puede explicarse el ansia, la locura
con que el amor sus fuegos alimenta...
Puede el dolor, la saña más violenta,
exhalar por el labio su amargura..

Mas de decir mi malestar profundo,
no halla mi voz, mi pensamiento, medio,
y al indagar su origen me confundo:

pero es un mal terrible, sin remedio,
que hace odiosa la vida, odioso el mundo,
que seca el corazón...¡En fin, es tedio!






Los poemas que preceden han sido seleccionados para conmemorar el bicentenario del nacimiento de Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814 -1873), escritora nacida en Cuba, hija de un teniente de la Marina española , Manuel Gómez de Avellaneda y de Francisca de Arteaga, perteneciente a una ilustre familia cubana de Camagüey (Puerto Príncipe)

Nació en Camagüey el 23 de marzo de 1814. La muerte de su padre cuando sólo contaba ocho años tendría  notoria repercusión en  su vida. Su madre contrajo nuevas nupcias con otro miiltar español y permaneció en Cuba hasta 1836, año en que se trasladó con su familia a Europa, residiendo en Francia (Burdeos) y  posteriormente en Galicia (La Coruña) y Sevilla.

En 1840 se instaló en Madrid y conoció al poeta Gabriel García Tassara con quien mantuvo una intensa relación  de la que nacería una hija: Brenhilde María, que murió a los siete meses de nacer. Para entonces el poeta, a madre e  hija, las había abandonado. Y Gertrudis entabló amistad con  otros  escritores como José Zorrilla, Fernán Caballero, José de Espronceda, o Alberto Lista; sin embargo, su espíritu independiente y sus escarceos amorosos también le valieron las críticas de personajes como Marcelino Menéndez Pelayo, quien  impidió que entrara en la Real Academia Española.

De formación neoclásica se la consideró en su época una de las figuras más significativas del romanticismo hispano y el tratamiento que dio a sus personajes femeninos la convirtieron en precursora del feminismo moderno tanto por su actitud vital  como por la fuerza  que les imprimía.

Escribió poesía, novela y teatro y destacó en los tres géneros, al incorporar en su literatura el ambiente caribeño, considerado en Europa como algo exótico acompañado de un tono melancólico y nostálgico. Son ejemplo de ello su libro de Poesías (1841),  sus novelas Guatimozín, último emperador de México (1846) o El cacique de Turmequé (1860). Su compromiso social se hace patente en Sab (1841), la primera novela antiesclavista de las letras hispanas. Entre sus  dramas: Alfonso Munio (1844) El príncipe de Viana (1844), Saúl (1849), Baltasar (1858)

Como poeta combinó sus experiencias amorosas con el anhelo religioso y el escepticismo social; como novelista conjugó el exotismo caribeño con la cosmovisión peninsular y como dramaturga fundió los postulados de la tragedia clásica con el drama romántico.

Después de enviudar dos veces y tras muchas vicisitudes murió en Madrid el 3 de febrero de 1873 a los 58 años, pero dejó escrito en su testamento que quería ser enterrada en Sevilla.

miércoles, 12 de marzo de 2014

EXPOSICIÓN DEL 7 AL 22 DE MARZO







DOS POEMAS DE LEOPOLDO MARÍA PANERO (1948-2014)
 
Los textos seleccionados pertenecen al poeta, narrador, ensayista y traductor Leopoldo María Panero. Hijo del poeta Leopoldo Panero y de la escritora Felicidad Blanc y hermano, a su vez, de los poetas Juan Luis y Michi Panero (todos ellos fallecidos)
Había nacido en Madrid el 16 de junio de 1948 y pertenecía al grupo de los  nueve novísimos , como indiqué en la entrada anterior correspondiente a Ana María Moix. De formación humanística, estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y Filología Francesa en la Universidad Central de Barcelona. Su militancia antifranquista le procuró su primera estancia en prisión. También de sus años de juventud datan sus primeras experiencias con las drogas, alcohol y otros excesos que motivaron su ingreso en un psiquiátrico.
A su primer libro de poemas  Por el camino de Swan (1968), le siguió Así se fundó Carnaby Street (1970), una obra donde incide en nostalgias adolescentes. En Teoría (1973) acentúa el carácter conceptual  de su poesía, aunque en libros posteriores predominan las referencias biográficas repletas de un malditismo exacerbado, como ocurre en uno de sus mejores libros, Narciso en el acorde último de las flautas (1979), o Dioscuros (1982). En Poesía 1970-1985 (1986) se recogen sus poemas hasta esa fecha y, en 1987, publicó Poemas del manicomio de Mondragón, refiriendo sus duras vivencias en el psiquiátrico, asunto en el que insiste con Piedra negra o del temblor y Heroína y otros poemas (ambos de 1992).
Otras obras destacables son las tres publicadas en 2001: Poesía completa (1970-2000), Águila contra el hombre. Poemas para un suicidamiento y Me amarás cuando esté muerto,  esta última escrita en colaboración con José Águedo Olivares, o Jardín en vano (2007), cuya autoría es también compartida, en esta ocasión, con Félix J. Caballero. De su obra en prosa cabe mencionar En lugar del hijo (1972), Dos relatos y una perversión (1984) o Papá, dame la mano que tengo miedo (2007), un texto narrativo pero con gran carga poética, así como diversos ensayos.
Murió recluido por voluntad propia en el la Unidad Psiquiátrica de Las Palmas de Gran Canaria el 5 de marzo de 2014, a los 65 años.
                                                        


 

A MI MADRE                      de Leopoldo María Panero ( 1948-2014)


                                         (reivindicación de una hermosura)

Escucha en las noches cómo se rasga la seda
y cae sin ruido la taza de té al suelo
como una magia
tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos
y un manojo de flores llevas en la mano
para esperar a la Muerte
que cae de su corcel, herida
llora por las noches pensando que le amabas,
y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas
y hablemos quedamente para que nadie nos escuche
ven, escúchame hablemos de nuestros muebles
tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con
            empuñadura en forma de pato
y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra
y ahora que el poema expira
te digo como un niño, ven
he construido una diadema
(sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)

                            

                          De Poemas del manicomio de Mondragón ( 1987 )




BLANCANIEVES SE DESPIDE DE LOS SIETE ENANOS

Prometo escribiros, pañuelos que se pierden en el horizonte, risas que palidecen, rostros
que caen sin peso
sobre la hierba húmeda, donde las arañas tejen ahora sus azules telas. En la casa del
bosque crujen, de noche,
las viejas maderas, el viento agita raídos cortinajes, entra sólo la luna a través de las
grietas. Los espejos silenciosos,
ahora, qué grotescos, envenenados peines, manzanas, maleficios, qué olor a cerrado,
ahora, qué grotescos.
Os echaré de menos, nunca os olvidaré. Pañuelos que se pierden en el horizonte. A lo lejos
se oyen golpes secos,
uno tras otro los árboles se derrumban. Está en venta el jardín de los cerezos.

                                               

 

                                            Leopoldo María Panero ( 1948-2014)


                                       De Así se fundó Carnaby Street (1970 )


jueves, 6 de marzo de 2014

Tres poemas de Ana María Moix

 
AQUEL HOMBRE DE OJOS ROJOS...

Aquel hombre de ojos rojos y chaqueta azul venía
de muy lejos. Balbuceaba canciones por los parques y solía
relatar historias aparentemente sin sentido. Sin embargo,
parecía poseer un extraño entendimiento y saber
por qué algunos adolescentes lloran al despertar, herido
el pecho por el resplandor de la mañana.

                                Ana María Moix

                                                  



PASABAN DE LAS DOCE DE LA NOCHE...

Pasaban de las doce de la noche cuando regresaba
a casa, y juro que no bebí, pero allí estaban los dos, ju-
gando a cartas a la vuelta de la esquina. Eran dos som-
bras para siempre enamoradas: Bécquer y Ché Guevara.

                                         Ana María Moix






TODO SUCEDIÓ CON LA MÁXIMA SENCILLEZ...

Todo sucedió con la máxima sencillez, de acuerdo con lo que
las conveniencias exigen y sin afectación alguna por su parte.
Corazón Amarillo Sangre Azul pronunció su último mensaje:
dejad en paz a los alcohólicos y no olvidéis que los cisnes
cantan antes de morir.

                                      Ana María Moix





     
Ana María Moix


Los  poemas seleccionados pertencen a Ana María Moix  recientemente fallecida. Aunque se inició en la literatura como poeta realmente logró consolidarse como narradora  de relatos, novelista y traductora. Había nacido en Barcelona en 1947 y era hermana del también escritor Terenci Moix . Estudió Filosofía y Letras y junto a Pere Gimferrer, Félix de Azúa y  Leopoldo María Panero, entre otros, fue la única mujer incluida  en la antología Nueve novísimos poetas españoles de Josep María Castellet.

En 1969 publicó los poemarios  Baladas del dulce Jim y Call me Stone. En 1970 obtuvo el Premio Vizcaya de Poesía con No time for flowers .Bajo el título  A imagen y semejanza, reunió su obra poética..
En su primera novela, Julia (1970), describe la vida de una joven perteneciente a la burguesía catalana que se niega a crecer y a superar el reto de la madurez, y retrata el mundo rebelde y utópico de la universidad en la década de 1960. 
Entre los años 1976 y 1979 perteneció al equipo que publicaba Vindicación Feminista, y esa preocupación por conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, y una sociedad más justa, seguirá siendo una constante en su obra.
Colaboradora en diversos medios de Madrid y Barcelona dirigió las colecciones de poesía y relatos de la  editorial Plaza y Janés.  Con Las virtudes peligrosas (1985), y Vals Negro (1994) consiguió el premio Ciudad de Barcelona. Otros títulos :Miguelón (1986), La niebla y otros relatos (1988), Extraviadas ilustres (1996), De mi vida real nada sé (2002)
Cuentos suyos como Ronda de noche (1996), Morir caballo (1996), Un poco de pasión (1998), Un día, de repente, sucede (1998) o Un árbol en el jardín (1999) han aparecido publicados en libros que recogen obras de diferentes autores.
Su narrativa se caracteriza por el estudio psicológica de sus personajes, el interés por el mundo onírico y  su veta existencialista. Falleció en Barcelona el 28 de febrero de 2014, a los 66 años.

sábado, 22 de febrero de 2014

Recordando a Antonio Machado a los 75 años de su muerte en Collioure

 

RETRATO

Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.

Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y más que un hombre al uso que sabe su doctrina
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.

Adoro la hermosura y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.

¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.

-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.


A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho donde yago.

Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar
me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
                                                           

                                                              

                                     Antonio Machado (1875- 1939)

                                                   
                          



AL GRAN CERO
                                    (Del apócrifo Abel Martín)

Cuando el Ser que se es hizo la nada
y reposó, que bien lo merecía,
ya tuvo el día noche, y compañía
tuvo el hombre en la ausencia de la amada.

Fiat umbral brotó el pensar humano.
y el huevo universal alzó, vacío,
ya sin color, desubstanciado y frío,
lleno de niebla ingrávida, en su mano.

Toma el cero integral, la hueca esfera,
que has de mirar, si lo has de ver, erguido.
Hoy que es espalda el lomo de tu fiera,

y es el milagro del no ser cumplido,
brinda, poeta, un canto de frontera
a la muerte, al silencio y al olvido.

                                               Antonio Machado (1875- 1939)



GLOSA


Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar,
que es el morir. ¡Gran cantar!

Entre los poetas míos
tiene Manrique un altar.

Dulce goce de vivir:
mala ciencia del pasar,
ciego huir a la mar.

Tras el pavor de morir
está el placer de llegar.

¡Gran placer!
Mas ¿y el horror de volver?
¡Gran pesar!
                                                             
             Antonio Machado (1875- 1939)



PROVERBIOS Y CANTARES 

 1. Nunca perseguí la gloria
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.


4. Nuestras horas son minutos
cuando esperamos saber,
y siglos cuando sabemos
lo que se puede aprender.



9. Caminante, son tus huellas
el camino, y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar.


41. Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.


42. ¿Dices que nada se pierde?
Si esta copa de cristal
se me rompe, nunca en ella
beberé, nunca jamás.


43. Dices que nada se pierde,
y acaso dices verdad;
pero todo lo perdemos
y todo nos perderá.


44. Todo pasa y todo queda;
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre la mar.






RENACIMIENTO

Galerías del alma... ¡El alma niña!
Su clara luz risueña;
y la pequeña historia,
y la alegría de la vida nueva...
¡Ah, volver a nacer, y andar camino,
ya recobrada la perdida senda!
Y volver a sentir en nuestra mano,
aquel latido de la mano buena
de nuestra madre... Y caminar en sueños
por amor de la mano que nos lleva.
<>
En nuestras almas todo
por misteriosa mano se gobierna.
Incomprensibles, mudas,
nada sabemos de las almas nuestras.
Las más hondas palabras
del sabio nos enseñan,
lo que el silbar del viento cuando sopla,
o el sonar de las aguas cuando ruedan.
                  


                                                  Antonio Machado (1875- 1939)






 
Antonio y Manuel Machado


El poeta ANTONIO MACHADO RUIZ nació  en Sevilla el 26 de julio de  1875 y falleció, hallándose exiliado con su madre, en Collioure (Francia) el 22 de febrero de  1939  hace 75 años.
 De ascendencia ilustrada y liberal, cuando su familia se trasladó a Madrid  pudo continuar su formación en la Institución Libre de Enseñanza. Frecuentó tertulias literarias junto con su hermano Manuel -también poeta y dramaturgo- Siguiendo los pasos de su hermano mayor viajaría a París en 1899 donde conoció a Baroja, Oscar Wilde y posteriormente al filósofo  Bergson
Estudió Filosofía y Letras, fue catedrático de francés en los Institutos de Soria, Segovia, Baeza y Madrid. En 1927 fue elegido Académico de la Real Española, cuyo discurso de ingreso no pronunció nunca. Perteneciente a la Generación del 98, es uno de sus representantes más significativos.
Está considerado como uno de los grandes poetas de la lengua castellana. Su obra poética se caracteriza por la sencillez y precisión en el lenguaje. Cantó a la tierra, al mar, a los olivos, y  en diversos tonos a la gloria del amor.  En su poesía se refleja la visión dolida de su patria y la recreación de la belleza que encierran las pequeñas cosas. 
Entre sus obras más significativas: Soledades, galerías y otros poemas en 1903, Campos de Castilla en 1912, Nuevas canciones en 1925 y La guerra en 1938.