lunes, 29 de diciembre de 2014

Tres poemas de Idea Vilariño

 

COMPARACIÓN



Como en la playa virgen
dobla el viento
el leve junco verde
que dibuja
un delicado círculo en la arena
así en mí
tu recuerdo.                                                           Idea Vilariño



CONSTANTE DESPEDIDA

Estos días
los otros
los de nubes tristísimas e inmóviles
olor a madreselvas
algún trueno a lo lejos.
Estos días
los otros
los de aire sonriente y lejanias
con un pájaro rojo en un alambre.
Estos días
los otros
este amor desgarrado por el mundo
esta diaria constante despedida.

                                                                   Idea Vilariño

               
                                                             De  Pobre mundo



CADA TARDE

Cada tarde se cierra
hermosamente muere
y cada uno
¿cada uno?
admira la hermosura y sabe
¿sabe?
que es una más que muere.
que es una más que se acaba
una más que se pierde
una más que ya nunca
una más
una menos.

                                                        Idea Vilariño


                                                             De  Pobre mundo




       


La escritora Idea  Vilariño nació  en Montevideo el 18 de agosto de 1920.
Además de poeta, fue crítica literaria, traductora, compositora y educadora. 
En 1985, tras la dictadura, obtuvo la cátedra de Literatura Uruguaya en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República.
De sus traducciones sobresalen los trabajos realizados sobre Shakespeare, reconocidos ampliamente por la crítica. 
Su personalidad y sus convicciones la llevaron durante muchos años a rechazar cualquier tipo de promoción de su nombre y de su obra. A pesar de ello, obtuvo varios premios internacionales y ha sido traducida a otros idiomas.
Sus poemas, dotados de gran musicalidad, se agruparon en títulos como La suplicante, Poemas de amor, Nocturnos y Poesía.
Falleció en Montevideo el 28 de abril de 2009.

domingo, 21 de diciembre de 2014

Dos sonetos de Sara de Ibáñez

 
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ISLA EN LA LUZ


Se abrasó la paloma en su blancura.
Murió la corza entre la hierba fría.
Murió la flor sin nombre todavía
y el fino lobo de inocencia oscura.

Murió el ojo del pez en la onda dura.
Murió el agua acosada por el día.
Murió la perla en su lujosa umbría.
Cayó el olivo y la manzana pura.

De azúcares de ala y blancas piedras
suben los arrecifes cegadores
en invasión de lujuriosas hiedras.

Cementerio de angélicos desiertos:
guarda entre tus dormidos pobladores
sitio también para mis ojos muertos.

                                                  Sara de Ibáñez (1909 – 1971)
                                                   




ISLA EN LA TIERRA

Al norte el frío y su jazmín quebrado.
Al este un ruiseñor lleno de espinas.
Al sur la rosa en sus aéreas minas,
y al oeste un camino ensimismado.

Al norte un ángel yace amordazado.
Al este el llanto ordena sus neblinas.
Al sur mi tierno haz de palmas finas,
y al oeste mi puerta y mi cuidado.

Pudo un vuelo de nube o de suspiro
trazar esta finísima frontera
que defiende sin mengua mi retiro.

Un lejano castigo de ola estalla
y muerde tus olvidos de extranjera,
mi isla seca en mitad de la batalla.

                                                              Sara de Ibáñez (1909 –1971)


Sara de Ibáñez, igual que sus antecesoras, tomó el apellido de su esposo el también poeta  Roberto Ibáñez. Su nombre  de soltera era  Sara Iglesias Casadel. Nació  en Chamberlain, Tacuarembó (Uruguay) el 10 de enero de 1909.

Aunque escribía desde niña, no publicó su primer libro de poemas hasta cumplidos los 30 años, Canto (1940) , al que siguieron Canto a Montevideo en 1941, Hora Ciega en 1943, Pastoral en 1948, Artigas en 1951, Las estaciones y otros poemas en 1957, La batalla en 1967, Apocalipsis 20 en 1970 y Canto póstumo en 1972.

Su poesía se encuentra a medio camino entre el preciosismo y el hermetismo. Entre sus temas se hallan la angustia existencial, el desamparo, la muerte, el amor, la relación hombre-Dios, el sentimiento patriótico en Canto a Montevideo,  la condena a la guerra en Hora ciega.

Exigente consigo misma, buscaba la perfección formal, así como la pureza expresiva y transparencia de imágenes.

 Obtuvo el Premio de la Academia Nacional de Letras y el Premio Nacional de Literatura.
 
Falleció en Montevideo el 3 de abril de 1971, a los 62 años.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Dos poemas de Esther de Cáceres



EL SILENCIO

Los pájaros 

desde el silencio

cantan.
Desde enjambres de amor y de tormento
cantan.
Desde prisiones y en la dilatada
casa del aire
cantan.
Entre cipreses de la muerte
cantan.
Pero un pájaro solo que ha atravesado el Fuego
solo en lo alto
solo y extático
en misteriosos cielos de silencio y alma
canta.
                                                       Esther de Cáceres (1903- 1971)
                                    
   


HUYES DE MIS MANOS...

Huyes de mis manos,
forma del vaso sencillo y seguro:
-¡pero desde el sueño te canto
como si tú también fueras sueño!

Huyes de mis manos
por caminos que ningún pájaro conoce;
y mi voz te persigue
heroica, como un secreto fino y terco.

¿Eres sólo una voz
callada y sin recuerdo?
¡Forma del vaso sencillo,
profunda como el sueño!...       
                                                 Esther de Cáceres (1903- 1971)

 
Esther de Cáceres



Alumna de Mª Eugenia Vaz Ferreira en la Universidad de Mujeres de Montevideo, Esther Correch de Cáceres fue poeta y ensayista. Nació en Montevideo el 4 de septiembre de 1903.

Se graduó en la Facultad de Medicina en el año de 1929, año en el que publicó su primer libro de poemas  Las ínsulas extrañas y compaginó el ejercicio de la medicina con la docencia universitaria de literatura.

Al contraer matrimonio con el psiquiatra  Alfredo Cáceres, adoptó el apellido de su marido.

Autora de una vasta producción poética: (1929) , Libro de soledad  (1933),  Concierto de amor (1944) ,  Madrigales, trances, saetas  (1947), Tiempo y abismo (1965) y Canto desierto (1969), son sus obras más destacadas.


Representó a Uruguay en diversos eventos intelectuales y obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1933, 1934 y 1941.

Falleció en Rianjo el 3 de febrero de 1971.

miércoles, 3 de diciembre de 2014

En el centenario del nacimiento de Alaíde Foppa





EL CORAZÓN

Dicen que es del tamaño
de mi puño cerrado.
Pequeño, entonces,
pero basta
para poner en marcha
todo esto.

Es un obrero
que trabaja bien,
aunque anhele el descanso,
y es un prisionero
que espera vagamente
escaparse.                                         Alaíde Foppa



LAS VENAS

La floración azulada
de las venas
dibuja laberintos
misteriosos
bajo la cera de mi piel.
Tenue hidrografía
apenas aparente,
ágiles cauces que conducen
deseos y venenos
y entrañable alimento.


                                                                     Alaíde Foppa
 







LA SANGRE

Secreto corre el torrente
de mi sangre rápida.
Inmenso es el río
que en subterráneos meandros
madura
y nutre el ámbito
de mi vida profunda.
La cálida corriente
que me inunda
en la flor de la herida
se derrama.

                                                                    Alaíde Foppa






EL ALIENTO


No se de donde viene
el viento que me lleva,
el suspiro que me consuela,
el aire que acompasadamente
mueve mi pecho
y alienta
mi invisible vuelo.
Yo soy apenas
la planta que se estremece
por la brisa,
el sumiso instrumento,
la grácil flauta
que resuena
por un soplo de viento.            Alaíde Foppa







De madre guatemalteca y padre argentino, Alaíde Foppa nació en Barcelona el 3 de diciembre  de 1914.

Vivió algunos años en Argentina y pasó su adolescencia en Italia. donde estudió Historia del Arte y Letras. Casada con ciudadano guatemalteco adoptó la nacionalidad de su esposo, pero tuvo que exiliarse en México durante algunos años.

En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de México desempeñó.la cátedra de Literatura Italiana y Sociología

En 1980, de regreso de su exilio fue catedrática en la Facultad de Humanidades de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Al poco tiempo sería secuestrada y desaparecida por la dictadura gubernamental.

De su obra poética merecen destacarse: La Sin Ventura, Los dedos de mi mano, Aunque es de noche, Guirnalda de Primavera, Elogio de mi cuerpo, Las palabras y el tiempo.

Tradujo alcastellano El ave Fénix de Paul Eluard.