GRACIAS A LA VIDA
¡Gracias a la vida
que me ha dado tanto!
Me dio dos luceros
que cuando los abro,
perfecto distingo
lo negro del blanco
y en el alto cielo
su fondo estrellado,
y en las multitudes
el hombre que yo amo.
¡Gracias a la vida
que me ha dado tanto!
Me dio el corazón
que agita su marco
cuando miro el fruto
del cerebro humano,
cuando miro el bueno
tan lejos del malo,
cuando miro el fondo
de tus ojos claros.
¡Gracias a la vida
que me ha dado tanto!
Me ha dado el oido
que en todo su ancho
graba noche y día
grillos y canarios,
martillos, turbinas,
ladrillos, chubascos,
y la voz tan tierna
de mi bien amado.
¡Gracias a la vida
que me ha dado tanto!
Me ha dado el sonido
y el abecedario;
con él la palabra
que pienso y declaro
madre, amigo, hermano,
y luz alumbrando
la ruta del alma
del que estoy amando.
¡Gracias a la vida
que me ha dado tanto!
Me ha dado la marcha
de mis pies cansados,
con ellos anduve
ciudades y charcos,
playas y desiertos,
montañas y llanos,
y la casa tuya
tu calle y tu patio.
¡Gracias a la vida
que me ha dado tanto!
Me ha dado la risa,
y me ha dado el llanto;
así yo distingo
dicha de quebranto,
los dos materiales
que forman mi canto
y el canto de ustedes
que es el mismo canto.
Autora: Violeta Parra (1917- 1967)
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Isabel y Violeta Parra |
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Manuscrito de Siqueiro prisionero |
Cantautora, pintora,
escultora, ceramista, bordadora, Violeta Parra Sandoval nació el 4 de octubre de 1917 en San Carlos
(Chile), pero cuando tenía tres años su familia se trasladó a Santiago. Desde
muy joven empezó a cantar en diversos locales públicos para ganarse la vida
juto con su guitarra.
A finales de la década de 1940 comenzó a grabar sus primeros discos,
temas populares y valses, por los que siempre manifestó una gran preferencia.
En 1952 formó con otros artistas la compañía Estampas de América, así recorrió el país y pudo profundizar aún más
en la recopilación de los cantares campesinos, que fueron el sustrato de sus
composiciones, algunas tan emblemáticas como Gracias a la vida o Los pueblos americanos. En 1955 grabó los temas Qué pena siente el
alma y Verso por matrimonio, conjunto éste de tonadas, cantos y parabienes.
Grabaciones posteriores fueron: Cantos de Chile, Verso por despedida a
Gabriela (1957), en homenaje a
la poeta Gabriela Mistral, y diversas entregas de su trabajo sobre el folklore
chileno del que era profunda conocedora, unidas bajo el título Violeta Parra
acompañada de guitarra (1957,
1958, 1959). En 1966, poco antes de su muerte, grabó Carpas de La Reina y Últimas composiciones. Falleció el 5 de febrero de 1967, a
los 49 años en Santiago de Chile.
Tras su muerte su hermano Nicanor escribió el
poema Defensa de Violeta Parra
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