EL REPOSO DEL FUEGO
(Don de Heráclito)
Pero el agua recorre los
cristales
musgosamente :
ignora que se altera,
lejos del sueño, todo lo
existente.
Y el reposo del fuego es
tomar forma
con su pleno poder de
transformarse.
fuego del aire y soledad
del fuego.
al incendiar el aire que es
de fuego.
Fuego es el mundo que se
extingue y prende
para durar (fue siempre)
eternamente.
Las cosas hoy dispersas se
reúnen
y las que están más
próximas se alejan:
Soy y no soy aquel que te
ha esperado
en el parque desierto una
mañana
junto al río irrepetible en
donde entraba
(y no lo hará jamás, nunca
dos veces)
la luz de octubre rota en
la espesura.
Y fue el olor del mar: una
paloma,
como un arco de sal,
ardió en el aire.
No estabas, no estarás
pero el oleaje
de una espuma remota
confluía
sobre mis actos y entre mis
palabras
(únicas nunca ajenas, nunca
mías):
El mar que es agua pura
ante los peces
jamás ha de saciar la sed
humana.
FIN DE SIGLO
«La sangre derramada clama
venganza».
Y la venganza no puede
engendrar
sino más sangre derramada
¿Quién
soy:
el guarda de mi hermano o
aquel
a
quien adiestraron
para aceptar la muerte de
los demás,
no la
propia muerte?
¿A nombre de qué puedo
condenar a muerte
a otros por lo que son o
piensan?
Pero ¿cómo dejar impunes
la tortura o el genocidio o
el matar de hambre?
No quiero nada para mí:
sólo anhelo
lo posible imposible:
un mundo sin víctimas.
Cómo lograrlo no está en mi
poder;
escapa a mi pequeñez, a mi
pobre intento
de vaciar el mar de sangre
que es nuestro siglo
con el cuenco trémulo de la
mano
Mientras escribo llega el
crepúsculo
cerca de mí los gritos que
no han cesado
no me dejan cerrar los ojos
LA FLECHA
No importa que la
flecha no alcance el blanco
Mejor así
No capturar
ninguna presa
No hacerle daño a
nadie
pues lo importante
es el vuelo
la trayectoria el impulso
el tramo de aire
recorrido en su ascenso
la oscuridad que
desaloja al clavarse
vibrante
en la extensión de
la nada
José Emilio Pacheco | Foto de wikipdia |
El escritor mexicano José Emilio Pacheco
Berny ha cultivado todos los géneros literarios desde la poesía al
ensayo; además de crítica literaria e histórica, narrador de cuentos y relatos
es novelista y traductor.
Nació en Ciudad de México el 30 de junio de
1939. Estudió en la Universidad nacional Autónoma de México (UNAM),
especializándose en literatura mexicana del siglo XIX e inició su actividad
literaria. Forma parte de la Generación de los años cincuenta en la que se
incluye a Carlos Monsiváis, Eduardo Lizalde, Sergio Pitol, Juan Vicente Melo,
Vicente Leñero, Juan García Ponce, Sergio Galindo y a Salvador Elizondo. Ha desarrollado una intensa actividad
editorial y periodística y ha ejercido la docencia en diversas universidades.
Como poeta ha logrado crear
una poesía coloquial, cotidiana, límpida e irónica, política pero también épica
y muy imaginativa, en constante renovación y experimentación. Entre sus libros de poesía destacan El
reposo del fuego (1966), No
me preguntes cómo pasa el tiempo
(1969), Los elementos de
la noche (1963), Irás y no
volverás (1973), Islas a la
deriva (1976), Tarde o
temprano (1980, antología
poética), Los trabajos del mar
(1983), Fin de siglo y otros poemas
(1984), Alta traición (1985,
antología poética), Miro la tierra (1986) y Ciudad de la memoria (1989). Entre sus temas la fugacidad y la relación entre
realidad y fantasía: “A mí sólo me importa/ el testimonio/ del momento que
pasa/ las palabras/ que dicta en su fluir/ el tiempo en vuelo// La poesía que
busco/ es como un diario/ en donde
no hay proyecto ni medida.” Podemos leer en las estrofas segunda y tercera del poema A quien
pueda interesar.
“Mi único tema es lo que ya no está / Y mi
obsesión se llama lo perdido/ Mi punzante estribillo es nunca más / Y sin
embargo amo este cambio perpetuo/ este variar segundo tras segundo/ porque sin
él lo que llamamos vida/ sería de piedra.”
En 2001 apareció una nueva edición de su
antología Tarde o temprano (Poemas 1958-2000). Posteriormente Como la lluvia (2009) y
La edad de las tinieblas (2009)
Narrativa
En su narrativa evoca el mundo de la niñez, la adolescencia y
describe el apocalíptico deterioro de la ciudad de México; muestra de esto son
sus obras El viento distante y otros relatos (1963), El principio
del placer (1972), Batallas en el desierto (1981) y La sangre de
Medusa (1990). En la novela Morirás lejos (1967) revisa varios
esquemas de persecución (el nazismo, la guerra romana contra los judíos) y,
como rompecabezas, la novela incide sobre el cuerpo y la escritura. Es autor
también del ensayo El derecho a la lectura (1984).
Ha recibido el Premio
Xavier Villaurrutia en 1973, el Premio Nacional de Periodismo en 1980, el
Premio Malcolm Lowry en 1991, el Premio Nacional de Literatura y Lingüística en
1991, el Premio Octavio Paz de Poesía y Ensayo en 2003 y el Premio de Poesía
Federico García Lorca en 2005.
Desde 1986 es miembro de El Colegio Nacional y miembro honorario de la
Academia Mexicana de la Lengua. Premio Cervantes en 2009 y Premio Reina Sofía
de Poesía Iberoamericana también en 2009.
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