DESEO
Por el
campo tranquilo de septiembre,
del
álamo amarillo alguna hoja,
como una
estrella rota,
girando
al suelo viene.
Si así
el alma inconsciente,
Señor de
las estrellas y las hojas,
fuese,
encendida sombra,
de la
vida a la muerte. Luis
Cernuda
CONTIGO
¿Mi
tierra?
Mi
tierra eres tú.
¿Mi
gente?
Mi gente
eres tú.
El
destierro y la muerte
para mi
están adonde
no estés
tú.
¿Y mi
vida?
Dime, mi
vida,
¿qué es,
si no eres tú?
Luis
Cernuda
DONDE HABITE EL OLVIDO...
Donde
habite el olvido,
En los
vastos jardines sin aurora;
Donde yo
sólo sea
Memoria
de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la
cual el viento escapa a sus insomnios.
Donde mi
nombre deje
Al
cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el
deseo no exista.
En esa
gran región donde el amor, ángel terrible,
No
esconda como acero
En mi
pecho su ala,
Sonriendo
lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.
Allí
donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo
a otra vida su vida,
Sin más
horizonte que otros ojos frente a frente.
Donde
penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y
tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al
fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto
en niebla, ausencia,
Ausencia
leve como carne de niño.
Allá,
allá lejos;
Donde
habite el olvido.
Luis Cernuda
Los poemas que preceden corresponden al poeta Luis Cernuda para
recordar que el pasado día 5 de noviembre se cumplían 50 años de su muerte. Nació en Sevilla el 21 de septiembre de
1902, donde su padre era
coronel de un regimiento de ingenieros. Empezó a estudiar Derecho en la
Universidad de Sevilla y allí conoció a Pedro Salinas, que fue su profesor. En
1928, tras la muerte de su madre, se trasladó por breve tiempo a Málaga, donde
conoció a los poetas de la revista Litoral, Emilio Prados, José María
Hinojosa y Manuel Altolaguirre. En Madrid, entró en contacto con los poetas de
la generación del 27. Pasó un año como lector de español en la Universidad de
Toulouse y en 1929 regresó a Madrid, donde poco después trabó amistad con
Vicente Aleixandre y Federico García Lorca. Al proclamarse la República, la
recibió con ilusión, y siempre se mostró dispuesto a colaborar con todo lo que
fuera buscar una España más tolerante, liberal y culta. Durante la Guerra Civil
participó en el II Congreso de Intelectuales Antifascistas de Valencia, y en
1938 se trasladó a Inglaterra y decidió no regresar a España. Dio clases en
Surrey, Glasgow y Cambridge. Fueron años de aislamiento, duros y difíciles para
el poeta. En 1947 se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó como profesor en
Mount Holyoke. Allí permaneció hasta 1952, año en que decidió marcharse a
México, donde pasaba las vacaciones hasta entonces. Murió en México en casa de
la poeta Concha Méndez (1898 - 1986),
el 5 de noviembre de 1963, a los 61 años.
Entre sus obras Perfil del aire (1927), claro ejemplo de
poesía pura Un río, un amor
(1929), influido por el surrealismo. En 1931 escribió Los placeres
prohibidos, al que siguió Donde
habite el olvido (1934). Desde
1936 fue agrupando toda la poesía bajo el título La realidad
y el deseo. Ya en el exilio: Las nubes (1940), Ocnos (1941), Con las
horas contadas (1950-1956), Poemas para un cuerpo (1957) y Desolación de
la quimera (1962), además de
los ensayos Estudio sobre la poesía española contemporánea (1957), Pensamiento
poético en la lírica inglesa (1958), Poesía y literatura I (1960), Poesía y literatura II (1964) también
tradujo a importantes autores, como el poeta romántico alemán Friedrich
Hölderlin.
En
la poesía de Cernuda confluyen gran variedad de temas y estilos.
Intimista y personal, caracterizada por la introversión, la soledad, el
desarraigo y la rebeldía ante las convenciones sociales, la obra de Cernuda es
de una gran profundidad e intensidad, constituye una de las voces más puras de la lírica española del siglo
XX.
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