miércoles, 27 de noviembre de 2013

POEMAS DE DULCE MARÍA LOYNAZ


QUIÉREME ENTERA...

Si me quieres, quiéreme entera,
no por zonas de luz o sombra...
si me quieres, quiéreme negra
y blanca. Y gris, verde, y rubia,

y morena...

Quiéreme día,
quiéreme noche...
¡Y madrugada en la ventana abierta!...

Si me quieres, no me recortes:
¡quiéreme toda... o no me quieras!
                                                       Autora: Dulce María Loynaz

                                                                 De Versos 1920-1938





ARPA

                                          Para Margarita y su arpa: dos arpas


¿Quién toca el arpa de la lluvia?
Mi corazón, mojado, se detiene a escuchar
la música del agua.
El corazón se ha puesto
a escuchar sobre el cáliz de una rosa.
¿Qué dedos pasan por las cuerdas
trémulas de la lluvia?
¿Qué mano de fantasma arranca
gotas de música en el aire?

El corazón, suspenso, escucha:
La rosa lentamente se dobla bajo el agua...
      

                                                              Autora: Dulce María Loynaz

                                  
                                          De Juegos de agua (1947)






ISLA


Rodeada de mar por todas partes,
soy isla asida al tallo de los vientos...
Nadie escucha mi voz si rezo o grito.
Puedo volar o hundirme... Puedo, a veces,
morder mi cola en signo de Infinito.
Soy tierra desgajándose... Hay momentos
en que el agua me ciega y me acobarda,
en que el agua es la muerte donde floto...
Pero abierta a mareas y a ciclones,
hinco en el mar raíz de pecho roto.

Crezco del mar y muero de él... Me alzo
¡para volverme en nudos desatados... !
¡Me come un mar batido por las alas
de arcángeles sin cielo, naufragados!



                                                             Autora: Dulce María Loynaz


                                   De Juegos de agua (1947)




POEMA CI 


      La criatura de isla paréceme, no sé por qué, una criatura distinta. Más leve, más sutil, más sensitiva.

    Si es flor, no la sujeta la raíz; si es pájaro, su cuerpo deja un hueco en el viento; si es niño, juega a veces con un petrel, con una nube...

   La criatura de isla trasciende siempre al mar que la rodea y al que no la rodea. Va al mar, viene del mar y mares pequeñitos se amansan en su pecho, duermen a su calor como palomas.

     Los ríos de la isla son más ligeros que los otros ríos. Las piedras de la isla parece que van a salir volando...

   Ella es toda de aire y de agua fina. Un recuerdo de sal, de horizontes perdidos, la traspasa en cada ola, y una espuma de barco naufragado le ciñe la cintura, le estremece la yema de las alas...

    Tierra firme llamaban los antiguos a todo lo que no fuera isla. La isla es, pues, lo menos firme, lo menos tierra de la Tierra.

                                                   Autora: Dulce María Loynaz

                                                     De POEMAS SIN NOMBRE (1953)

                                                     
Dulce María Loynaz de jovencita
                                                         




 
DULCE MARÍA LOYNAZ  o María Mercedes Loynaz Muñoz, nació en La Habana el 10 de diciembre de 1902. Su padre Enrique Loynaz del Castillo, general del Ejército Libertador, fue el autor del Himno Invasor y su madre María de las Mercedes López Sañudo, era aficionada al canto, a la pintura y al piano. Fue la mayor de cuatro hermanos. Enrique, Carlos Manuel y Flor también escribieron, aunque Carlos Manuel destacó más como compositor. Dulce María murió el 27 de abril de 1997, a los 94 años en su antigua mansión de El Vedado.

Estudió Derecho Civil en la Universidad de La Habana, obteniendo su graduación en 1927, a los 24 años. Y ejerció su carrera hasta 1961, siempre en asuntos relacionados con su propia familia. Admiraba la redacción de los códigos por ser “precisa, medular y exacta”

Publicó sus primeros poemas  a los 18 años en La Nación en 1920, año en que, viajó a Norteamérica. En 1929 a Turquía, Siria, Libia, Palestina, Egipto. A raíz de su visita a Luxor escribió su poema Carta de amor al Rey Tut - Ank - Amen.  En 1946 viaja por varios países suramericanos. En Montevideo, visitó a la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou. Inicia una serie de CRÓNICAS DE VIAJE para El País de La Habana. En 1947 llegó a España. De su estancia en las Islas Canarias, surgiría posteriormente su libro de viajes Un verano en Tenerife. Años más tarde, en 1953, invitada por la Universidad de Salamanca, asistió a la celebración del V Centenario de los Reyes Católicos. Viajó también por varios países europeos y africanos.

Su primera publicación tuvo lugar en el periódico habanero La Razón, donde salieron a la luz sus poemas escritos entre 1920 y 1938. Entre sus libros el Canto a la mujer estéril (1937), al que siguieron Versos (1920 - 1938) agrupó 89 poemas sin partes diferenciadas ni estructura establecida, escritos a lo largo de dieciocho años. Motivo para el canto es el amor en sus múltiples facetas.  Presente entre sus versos está la tierra en toda su extensión. Y está la selva, el desierto, las rosas, las hojas secas... El reino animal en: Cancioncita del perro Sonie, la hormiga, la alondra, los peces... Hay otros textos que toman nombre y rostro humano y en los que la autora revela su singular empatía con ellos. Tienen cabida en su canto no sólo los elementos físicos presentes en el paisaje, sino elementos psicológicos como ideas, sentimientos, sueños, deseos, miedos, tristezas, alegrías, dudas, divagaciones, impaciencias... Hay una preocupación por el tiempo y los motivos del reloj  Por la muerte, la destrucción, los cataclismos, premoniciones, sobresaltos,  naufragios... y por el tema religioso.

  En 1947 publicó Juegos de agua, La desolación e inquietud metafísica de su libro de Versos, dan paso a una serenidad  contemplativa en este nuevo poemario estructurado en tres partes: “Agua de mar,”  “Agua de río” y “ Agua estancada”. Hay alternancia de versos libres y breves con poemas en prosa.

Es una poesía caracterizada por:

 -La serenidad luminosa

 -Sonoridad  rítmica musical

 -Hallazgos expresivos inusitados

-Brillantez expresiva

-Tono intimista: No sólo se trata de un viaje a través de mares y ríos sino que tiene
 un carácter introspectivo. Es un viaje interior.

Dulce María Loynaz ha sido considerada como la máxima exponente del posmodernismo y  en su expresión lírica ha sabido plasmar con sencillez y eficacia los  temas esenciales  del hombre y en sus versos logra conjugar lo universal con lo autóctono como demuestra su poema dedicado Al Almandares

 Este río de nombre musical / llega a mi corazón por un camino / de arterias tibias y temblor de diástoles... /  Él no tiene horizontes de Amazonas / ni misterio de Nilos, pero acaso / ninguno le mejore el cielo limpio / ni la finura de su pie y su talle.
 ...............  Yo no diré qué mano me lo arranca, / ni de qué piedra de mi pecho nace: /
 Yo no diré que él sea el más hermoso... / ¡Pero es mi río, mi país, mi sangre!


Otros  libros de poesía: Poemas sin nombre (1953) , Últimos días de una casa (1958), Bestiarium (1991)

En narrativa: la novela  Jardín (1951), el libro de viajes Un verano en Tenerife (1958), la biografía Fe de vida (1993) y ensayos donde agrupa sus conferencias y artículos sobre Poetisas de América, Las corridas de toros en Cuba Alegato contra la instauración de este espectáculo en Cuba,  La Avellaneda, una cubana universal, Influencia de los poetas cubanos en el Modernismo,. Enrique Loynaz, un poeta desconocido,Crónicas del ayer,  Más sobre Lorca .
En 1986 recibió el premio Nacional de Literatura en Cuba, en 1991 el Premio de la Crítica  y en 1992 el premio Cervantes, convirtiéndose desde entonces en directora de la Academia Cubana de la Lengua.

                                     
Dulce María Loynaz en su casa de El Vedado



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