QUIÉREME
ENTERA...
Si me
quieres, quiéreme entera,
no por
zonas de luz o sombra...
si me
quieres, quiéreme negra
y blanca. Y
gris, verde, y rubia,
y morena...
Quiéreme
día,
quiéreme
noche...
¡Y
madrugada en la ventana abierta!...
Si me
quieres, no me recortes:
¡quiéreme
toda... o no me quieras!
Autora: Dulce María Loynaz
De Versos 1920-1938
ARPA
Para
Margarita y su arpa: dos arpas
¿Quién toca
el arpa de la lluvia?
Mi corazón,
mojado, se detiene a escuchar
la música
del agua.
El corazón
se ha puesto
a escuchar
sobre el cáliz de una rosa.
¿Qué dedos
pasan por las cuerdas
trémulas de
la lluvia?
¿Qué mano
de fantasma arranca
gotas de
música en el aire?
El corazón,
suspenso, escucha:
La rosa
lentamente se dobla bajo el agua...
Autora: Dulce María Loynaz
De
Juegos de agua (1947)
ISLA
Rodeada de
mar por todas partes,
soy isla
asida al tallo de los vientos...
Nadie
escucha mi voz si rezo o grito.
Puedo volar
o hundirme... Puedo, a veces,
morder mi
cola en signo de Infinito.
Soy tierra
desgajándose... Hay momentos
en que el
agua me ciega y me acobarda,
en que el
agua es la muerte donde floto...
Pero
abierta a mareas y a ciclones,
hinco en el
mar raíz de pecho roto.
Crezco del
mar y muero de él... Me alzo
¡para
volverme en nudos desatados... !
¡Me come un
mar batido por las alas
de
arcángeles sin cielo, naufragados!
Autora: Dulce María Loynaz
De
Juegos de agua (1947)
POEMA
CI
La criatura de
isla paréceme, no sé por qué, una criatura distinta. Más leve, más sutil, más
sensitiva.
Si es flor, no la sujeta la
raíz; si es pájaro, su cuerpo deja un hueco en el viento; si es niño, juega a
veces con un petrel, con una nube...
La criatura de isla trasciende
siempre al mar que la rodea y al que no la rodea. Va al mar, viene del mar y
mares pequeñitos se amansan en su pecho, duermen a su calor como palomas.
Los ríos de la isla
son más ligeros que los otros ríos. Las piedras de la isla parece que van a
salir volando...
Ella es toda de aire y de agua
fina. Un recuerdo de sal, de horizontes perdidos, la traspasa en cada ola, y
una espuma de barco naufragado le ciñe la cintura, le estremece la yema de las
alas...
Tierra firme llamaban los
antiguos a todo lo que no fuera isla. La isla es, pues, lo menos firme, lo
menos tierra de la Tierra.
Autora: Dulce María Loynaz
De POEMAS SIN NOMBRE (1953)
Dulce María Loynaz de jovencita |
DULCE MARÍA LOYNAZ o
María Mercedes Loynaz Muñoz, nació en La Habana el 10 de diciembre de 1902. Su
padre Enrique Loynaz del Castillo, general del Ejército Libertador, fue el
autor del Himno Invasor y su
madre María de las Mercedes López Sañudo, era aficionada al canto, a la pintura
y al piano. Fue la mayor de cuatro hermanos. Enrique, Carlos Manuel y Flor
también escribieron, aunque Carlos Manuel destacó más como compositor. Dulce
María murió el 27 de abril de 1997, a los 94 años en su antigua mansión de El
Vedado.
Estudió
Derecho Civil en la Universidad de La Habana, obteniendo su graduación en 1927,
a los 24 años. Y ejerció su carrera hasta 1961, siempre en asuntos relacionados
con su propia familia. Admiraba la redacción de los códigos por ser “precisa,
medular y exacta”
Publicó sus primeros poemas
a los 18 años en La Nación en 1920, año en que, viajó a Norteamérica. En 1929 a Turquía, Siria, Libia,
Palestina, Egipto. A raíz de su visita a Luxor escribió su poema Carta de
amor al Rey Tut - Ank - Amen. En 1946 viaja por varios países
suramericanos. En Montevideo, visitó a la poeta uruguaya Juana de Ibarbourou.
Inicia una serie de CRÓNICAS DE VIAJE para El País de La Habana. En 1947 llegó a España. De su estancia en
las Islas Canarias, surgiría posteriormente su libro de viajes Un verano en
Tenerife. Años más tarde, en 1953,
invitada por la Universidad de Salamanca, asistió a la celebración del V
Centenario de los Reyes Católicos. Viajó también por varios países europeos y
africanos.
Su primera publicación tuvo lugar en el periódico habanero La
Razón, donde salieron a la luz sus
poemas escritos entre 1920 y 1938. Entre sus libros el Canto a la mujer estéril (1937), al que siguieron Versos (1920 - 1938) agrupó 89 poemas sin partes diferenciadas ni estructura
establecida, escritos a lo largo de dieciocho años. Motivo para el
canto es el amor en sus múltiples facetas. Presente entre sus versos está
la tierra en toda su extensión. Y está la selva, el desierto, las rosas, las hojas
secas... El reino animal en: Cancioncita del perro Sonie, la hormiga, la
alondra, los peces... Hay otros textos que toman nombre y rostro humano y en
los que la autora revela su singular empatía con ellos. Tienen cabida en su canto no sólo los elementos
físicos presentes en el paisaje, sino elementos psicológicos como ideas,
sentimientos, sueños, deseos, miedos, tristezas, alegrías, dudas, divagaciones,
impaciencias... Hay una preocupación por el tiempo y los motivos del reloj Por la muerte, la destrucción, los
cataclismos, premoniciones, sobresaltos,
naufragios... y por el tema religioso.
En
1947 publicó Juegos de
agua, La desolación e inquietud metafísica de su libro de Versos,
dan paso a una
serenidad contemplativa en este
nuevo poemario estructurado en tres partes: “Agua de mar,” “Agua de río” y “ Agua estancada”. Hay
alternancia de versos libres y breves con poemas en prosa.
Es una poesía caracterizada por:
-La
serenidad luminosa
-Sonoridad
rítmica musical
-Hallazgos expresivos inusitados
-Brillantez expresiva
-Tono intimista: No sólo se trata de un viaje a
través de mares y ríos sino que tiene
un
carácter introspectivo. Es un viaje interior.
Dulce María Loynaz ha sido considerada como la
máxima exponente del posmodernismo y
en su expresión lírica ha sabido plasmar con sencillez y eficacia
los temas esenciales del hombre y en sus versos logra
conjugar lo universal con lo autóctono como demuestra su poema dedicado Al
Almandares
Este
río de nombre musical / llega a mi corazón por un camino / de arterias tibias y
temblor de diástoles... / Él no tiene
horizontes de Amazonas / ni misterio de Nilos, pero acaso / ninguno le mejore el
cielo limpio /
ni la finura de su pie y su talle.
...............
Yo no diré qué mano me lo arranca, / ni de qué piedra de mi
pecho nace: /
Yo no
diré que él sea el más hermoso... / ¡Pero es mi río, mi país, mi sangre!
Otros
libros de poesía: Poemas sin nombre (1953) , Últimos días de una casa (1958), Bestiarium (1991)
En narrativa: la novela Jardín
(1951), el libro de viajes Un
verano en Tenerife (1958), la
biografía Fe de vida (1993) y
ensayos donde agrupa sus conferencias y artículos sobre Poetisas de América, Las corridas de toros en Cuba Alegato contra la instauración de este
espectáculo en Cuba, La Avellaneda, una cubana universal, Influencia de los poetas
cubanos en el Modernismo,. Enrique Loynaz, un poeta desconocido,Crónicas del ayer, Más sobre Lorca .
En 1986 recibió el premio Nacional de Literatura en
Cuba, en 1991 el Premio de la Crítica y en 1992 el premio Cervantes,
convirtiéndose desde entonces en directora de la Academia Cubana de la Lengua.
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