Los “conquistadores de lo inútil” se
quedaron sin poder poner el pie en Namche Bazar , el campamento-base de todas
las expediciones al monte sobre el que “los pájaros no pueden volar”, y al que
dio el nombre el funcionario de Su Majestad británica , Sir George Everets.
Estas
idas y venidas, el viaje hasta Nagarkot para ver amanecer sobre la cordillera
himalaya y a los pueblos del valle
me distraían de la cuestión de fondo, las penurias económicas. Había que seguir
las instrucciones del Buda, son los deseos los que atormentan nuestra vida, los
que provocan ilusiones que hacen que el dolor sea universal, por lo tanto si se
eliminan los deseos desaparece el dolor. Para alcanzar el “nirvana”, la
felicidad suprema, el esfuerzo es algo mayor, deben cumplirse los ocho
mandamientos del camino sagrado, la pureza de la fe, de la voluntad, del
lenguaje, de la acción, de los medios de la existencia, de la conducta, de la
memoria y la meditación. Algún día las manzanas y el té fueron el único menú.
Pero, ¿no vivían los nepalíes con ocho o nueve pesetas diarias?
Mi retorno a Katmandú en verano de 1975 se hizo con
medios económicos suficientes, pero no tuvo el sabor y la efusión de diez años
atrás. También es cierto que el país había cambiado mucho. El joven rey
Birendra expulsó a los hippies y ordenó colocar el cartel de “Ya no se vende
hachis” en los comercios de Ason-Toke. Ahora de los diez mil hippies que
llenaban Katmandú en 1970 quedaban dos centenares, con un permiso de estancia de
tres meses, no prorrogables. Su nombre figuraba en los archivos de la policía
con el calificativo de “drogadictos indeseables” y no les sería permitido
volver nunca más. Así terminó la saga hippie de Katmandú. Fue inútil que
algunos representantes de la cultura protestaran por estas medidas discriminatorias, impropias de una
nación tradicionalmente hospitalaria. El rey deseaba un turismo caro y
profiláctico sin barbas, melenas, pasteles de hachis y frases como ésta,
nowhere is so cheap the happiness “ en ningún lado la felicidad es más barata
que aquí”. Es cierto también que el sueño del Nepal terminó para numerosos
jóvenes en pesadilla y desesperanza. Ellas se prostituyeron para poder comer
una escudilla de arroz cantonés y ellos vendieron su sangre en los hospitales
de Katmandú. El paraíso, el valle feliz se convirtió para bastantes de ellos en
un calvario de la desnutrición, la hepatitis, la tuberculosis o la intoxicación
de heroína. Descalzos, desaliñados, astrosos, raquíticos, pedían limosna en el
bazar , algunos se veían obligados a robar y otros formaban colas en las
puertas de sus embajadas para pedir la repatriación. Todos se negaban a admitir
que la vía hacia Katmandú había sido el camino hacia la desilusión.
Del libro El camino más corto (1978)
Autor
: Manuel Leguineche
El fragmento
corresponde al libro El camino más corto y más concretamente al
capítulo “ El valle feliz “ referido a Katmandú (Nepal) antes de llegar a
Calcuta. Se trata de la descripción de un viaje iniciado por Manuel Leguineche desde Madrid a Nueva York
junto con tres periodistas norteamericanos
y un fotógrafo suizo Willy
Mettler con el objetivo de batir el record mundial de distancia recorrida en
coche (un Land Cruiser japonés). Viaje que se prolongó por diferentes
motivos durante un periodo de dos
años con más de 60.000 km .
El libro toma
el título de las anotaciones vertidas en el Diario de viaje de un filósofo de Hermann Keyrseling :
. ” El
camino más corto para encontrare uno a sí mismo da la vuelta al mundo” y fue
uno de los primeros libros escritos por el periodista y escritor Manuel Leguineche
recientemente fallecido.
Manuel
Leguineche nació en Arrazua,
Vizcaya, 28 de septiembre de 1941. Residente en Brihuega ha muerto en Madrid el
22 de enero de 2014 a los 72 años. Cursó estudios de derecho y filosofía en
Valladolid y Madrid. Trabajó en el semanario Gran Vía de Bilbao y en El Norte de
Castilla en Valladolid. En 1960 comenzó sus trabajos
como enviado especial en acontecimientos internacionales para prensa y
television española. Fundó las agencias de noticias Colpisa y Fax Press. Obtuvo numerosos premios
Entre sus libros cabe significar
el ya mencionado El camino más corto (1978) La Tribu (1980) El Estado del
golpe (1982) , Filipinas es mi jardín (1989) ,La primavera del Este: 1917-1990 la caída del comunismo en
la otra Europa (1990) , La ley del mus (1992), Yugoslavia
kaputt (1992) , En el nombre de Dios: el Islam militante, los árabes, las
guerras del Golfo (1992), Los años de
la infamia: crónica de la II Guerra Mundial (1995)
, El precio del paraiso(1995) , Adiós, Hong-Kong (1996) , Los
ángeles perdidos (1996), Annual 1921 (1997), Yo pondré la guerra (1998), Yo
te diré (la verdadera historia de los últimos de Filipinas) (1998) , Apocalipsis
Mao: una visión de la nueva China (1999), La felicidad de la tierra (1999), Las anécdotas del viajero (2000)
, Hotel Nirvana (2001) , Recordad Pearl Harbour (2001), Gibraltar (2002) Los
ojos de la guerra (2002), Madrid de menú (2002), Madre Volga (2003). El último
explorador ( 2004). El viaje prodigioso
(2005). El club de los faltos
de cariño (2007).
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