Si
la entrada correspondiente al 6 de julio del pasado año hacía referencia
a José Emilio Pacheco, con motivo de su reciente fallecimiento acaecido en
Ciudad de México el 26 de enero , a los 74 años, añado nuevos poemas.
COPOS DE NIEVE SOBRE
WIVENHOE
Entrecruzados
caen,
se aglomeran
y un segundo después
se han dispersado.
Caen y dejan caer
a la caída
inmateriales
astros
intangibles;
infinitos,
planetas en desplome.
CONTRAELEGÍA
Mi único tema es lo que ya
no está
Y mi obsesión se llama lo
perdido
Mi punzante estribillo es
nunca más
Y sin embargo amo este
cambio perpetuo
este variar segundo tras
segundo
porque sin él lo que
llamamos vida
sería
de piedra.
GOTA DE LLUVIA
Una gota de lluvia temblaba
en la enredadera.
Toda la noche estaba en esa
humedad sombría
que de repente
iluminó la luna.
PRESENCIA
¿Qué va a quedar de mí
cuando me muera
sino esta llave ilesa de
agonía,
estas pocas palabras con
que el día,
dejó cenizas de su sombra
fiera?
¿Qué va a quedar de mí
cuando me hiera
esa daga final? Acaso mía
será la noche fúnebre y
vacía
que vuelva a ser de pronto
primavera.
No quedará el trabajo, ni
la pena
de creer y de amar. El
tiempo abierto,
semejante a los mares y al
desierto,
ha de borrar de la confusa
arena
todo lo que me salva o
encadena.
Más si alguien vive yo
estaré despierto.
José Emilio Pacheco nació en Ciudad de México
el 30 de junio de 1939 y murió en la misma ciudad el 26 de enero de 2014.
Poeta, ensayista, narrador traductor, editor y profesor universitario. Desde
los años 50 figura en importantes antologías de poesía latinoamericana. En Tarde o temprano recopiló sus primeros seis libros de
poemas: Los elementos de la noche, El reposo del fuego, No
me preguntes cómo pasa el tiempo, Irás y no volverás, Islas
a la deriva, Desde entonces, a los que han seguido: Los
trabajos del mar, Miro la tierra, Ciudad
de la memoria, así como un volumen de versiones poéticas, Aproximaciones. Autor de dos novelas, Morirás lejos y Las
batallas en el desierto y tres libros de cuentos: La sangre de
Medusa, El viento distante, El principio del
placer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario