INSTRUCCIONES PARA DAR
CUERDA A UN RELOJ
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan un
pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire. No te dan
solamente el reloj, que los cumplas muy felices y esperamos que te dure porque
es de buena marca, suizo con áncora de rubíes; no te regalan solamente ese
menudo picapedrero que te atarás a la muñeca y pasearás contigo. Te
regalan -no lo saben, lo terrible
es que no lo saben-, te regalan un
nuevo pedazo frágil y precario de ti mismo, algo que es tuyo pero no es tu
cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su correa como un bracito desesperado
colgándose de tu muñeca. Te regalan la necesidad de darle cuerda todos los
días, la obligación de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan
la obsesión de atender a la hora exacta en las vitrinas de las joyerías, en el
anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te regalan el miedo de
perderlo, de que te lo roben, de que se te caiga al suelo y se rompa. Te
regalan su marca, y la seguridad de que es una marca mejor que las otras, te
regalan la tendencia a comparar tu reloj con los demás relojes. No te regalan
un reloj, tú eres el regalado, a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Cuentos Completos
Julio
Cortázar
NOCTURNO
Tengo
esta noche las manos negras, el corazón sudado
como
después de luchar hasta el olvido con los ciempiés del humo.
Todo ha
quedado allá, las botellas, el barco,
no sé si
me querían, y si esperaban verme.
En el
diario tirado sobre la cama dice encuentros diplomáticos,
una
sangría exploratoria lo batió alegremente en cuatro sets.
Un
bosque altísimo rodea esta casa en el centro de la ciudad,
yo sé,
siento que un ciego está muriéndose en las cercanías.
Mi mujer
sube y baja una pequeña escalera
como un
capitán de navío que desconfía de las estrellas.
Hay una
taza de leche, papeles, las once de la noche.
Afuera
parece como si multitudes de caballos se acercaran
a la
ventana que tengo a mi espalda.
Julio Cortázar
OBJETOS PERDIDOS
Por
veredas de sueño y habitaciones sordas
tus
rendidos veranos me acechan con sus cantos.
Una
cifra vigilante y sigilosa
va por
los arrabales llamándome y llamándome,
pero qué
falta, dime, en la tarjeta diminuta
donde
están tu nombre, tu calle y tu desvelo,
si la
cifra se mezcla con las letras del sueño,
si
solamente estás donde ya no te busco.
Julio Cortázar
Julio Cortázar en 1967 |
Los textos seleccionados fueron
escritos por Julio Cortázar , de quien hoy se cumplen 30 años de su muerte y en
agosto de este mismo año tendrá lugar
el centenario de su
nacimiento.
Su padre era funcionario de la
embajada argentina en Bélgica, hecho que determinó su nacimiento en Ixelles ( Bruselas) el 26 de agosto
de 1914. Al cabo de cuatro años, finalizada la Primera Guerra Mundial, la
familia pudo regresar a Argentina.
Se graduó en Letras y fue maestro
y profesor de literatura en diferentes localidades.
Se inició en la literatura con la
publicación de Presencia (1938) un libro de poemas firmado con el
seudónimo de Julio Denis y una obra de teatro Los reyes (1949)
También en 1949 viajó por primera vez a Europa; en 1951 consiguió una beca para
realizar estudios en París, y ya en esta ciudad pasó a ser traductor de la
UNESCO hasta su jubilación, siendo
en París donde murió el 12 de febrero de 1984. Realizó importantes
traducciones literarias, entre las que destacan los Cuentos de Edgar
Allan Poe o Robinson Crusoe de Daniel Defoe.
Tres años antes de su
fallecimiento tomó la nacionalidad francesa, como protesta por la toma del
poder de las diferentes juntas militares en Argentina y es un autor plenamente integrado
en la literatura hispanoamericana.
Es
considerado como un renovador del
género narrativo, especialmente del cuento breve, tanto en lo referente a la estructura como en el uso del
lenguaje
A juicio de los estudiosos, es un autor que ha creado escuela
por sus propuestas sorprendentes, su aprovechamiento de los recursos del
lenguaje coloquial y sus atmósferas fantásticas e inquietantes siguiendo la
línea iniciada por Jorge Luis Borges de fundir lo real con lo imaginario.
Entre las colecciones de cuentos más conocidas se
encuentran Bestiario (1951); Las armas secretas (1959),
uno de cuyos relatos, “El perseguidor”, se ha convertido en un referente
obligado de su obra; Todos los fuegos el fuego (1966); Octaedro (1974),
que incluye el inquietante relato “Cuello de gatito negro”, y Queremos tanto
a Glenda (1981). Entre el relato y el ensayo imaginativo de difícil
clasificación se encuentran Historias de cronopios y de famas (1962),
breves narraciones que insisten desde el humor en la necesidad imperiosa de
“ablandar un poco el ladrillo todos los días”, es decir, romper la dureza del
lugar común, abrir resquicios hacia un mundo, el de lo fantástico, que las
convenciones ocultan o se resisten a admitir; La vuelta al día en ochenta
mundos (1967) o Último round (1969), estos últimos concebidos
como libros en los que se entrecruzan poemas, cuentos, recortes periodísticos,
citas, textos recogidos de la calle, como es el caso de las pintadas del mayo
francés comentadas en Último round.
La novela Rayuela (1963) narra las experiencias de
un argentino en París y su relación con “La Maga” Se la considera como una antinovela o contranovela y
una de la primeras obras surrealistas de la literatura
argentina.
Otras novelas del autor son: 62 modelos para armar (1968) de carácter experimental; Libro de
Manuel (1973) fábula político-literaria que responde al compromiso
político del autor con la causa revolucionaria y la defensa de los derechos
humanos.
Además de Presencia (1938), escribió otros poemarios como Pameos y meopas (1971) o Salvo
el crepúsculo (póstumo, 1985).
Escribió también diarios de viajes y toda su obra se encuentra
repleta de referencias culturales y literarias. Arlt, Marechal, Borges, así
como Poe, Defoe, Stevenson fueron algunos de sus autores preferidos.
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