martes, 5 de mayo de 2015

Momento de pura revolución: la fiesta del séptimo arte ataca de nuevo

Sin ninguna duda, la fiesta del cine tiene una buena acogida. Bien sabemos que, en los tiempos que corren, una entrada no es precisamente barata. Entonces con la crisis o la piratería, entre otras razones, muchas salas del país están vacías. Los empresarios de este arte querían un punto de inflexión en sus negocios. Para ello inventaron la fiesta del cine. 

La exitosa cita convoca a todos cinéfilos a disfrutar de una película por el módico precio de 2,90 €. Cada vez tiene más aceptación y este año abarca los días 11 al 14 de mayo. El «objetivo principal de la cita es fomentar la asistencia a salas de cine como un hábito social y cultural y mostrar el agradecimiento de la industria a todos los espectadores que cada año disfrutan de la magia de las películas en la pantalla grande». Fuente: El País

A raíz de la apuesta de la industria cinematográfica, mi cabeza recoge un listado de películas de visionado obligatorio. Me vienen a la mente varias de ellas. Pero si tengo que quedarme con una elijo el Club de los poetas muertos (1989). No sé muy bien la razón, quizás sea por el mensaje que trasmite de fondo o por simple nostalgia de mis años universitarios. Sea cual sea el motivo, todo aquel que haya disfrutado del film no pude olvidar dos momentos singulares de la trama.

¡Oh capitán, mi capitán! Esta es una de las citas más conocidas de la película y pertenece a un poema de Walt Whitman escrito en honor a Abraham Lincoln (presidente de EEUU) después de su asesinato. Os dejo la escena en concreto:





Desde mi punto de vista, este pasaje tiene mucha fuerza. Se trata de un poema de liderazgo, superación personal e inspiración. Asimismo la segunda pata esencial de la película es el Carpe Diem (aprovecha el momento) como lema a seguir. Lección que, en el film, los pupilos del maestro de poesía John Keating (fallecido actor Robin Williams) aprenden en una reunión clandestina de poesía. La esencia de la película supone un relato idealista y habla de la necesidad de ser libres, encontrar el propio camino y aprovechar el momento.

Así que el legado queda claro: Carpe diem, quam minimun credula postero. Vive el momento, pero no lo malgaste. Así que apunten: solo tenemos una vida y merece la pena vivirla bien. Incluso dándonos un capricho delante de la gran pantalla. ¡Vive la fiesta del cine!

2 comentarios:

  1. Qué interesante esto de la Fiesta del Cine y el enfoque que le han dado, me gustaría que lo implementaran en mi país. Saludos desde El Salvador. Te dejo mi blog http://cromosomapixie.blogspot.com/

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    1. Muy amable, Roxana. Muchas gracias por el comentario. Un cordial saludo.

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