CAPRICHO 56
SUBIR Y BAJAR
Un sátiro, sentado en tierra, con sus
hercúleos brazos levanta por los pies un sujeto vestido de bordada saca,
cubierto el pecho de cruces y bandas y cuya cabellera y manos despiden
humeantes llamas. Dos personajes de lo alto boca abajo.
La
fortuna trata muy mal a quien la obsequia.
Paga con humo la fatiga de subir y al
que ha subido le castiga con precipitarlo.
El hombre, como
el agua, cuando sueña
a fuerza de
llorar se vuelve río.
Cuando alcanza
poder y señorío
alcanza cauce y
rompe tronco y peña.
El miedo no le
turba y se despeña
en cascada
luciendo su albedrío.
Amor no le tortura y en su avío
cuanto ojo mira
tiene y alma empeña.
Cuando agua se
envanece se hace nube,
remonta el aire,
crece y tal se piensa
que es pájaro y
en celos vuela y canta.
Con hueco corazón
asciende y sube.
A lluvia
revertida, mansa o densa,
en tierra cae y
con dolor se espanta.
Pertenecientes al libro Risa
y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro
Latasa Miranda
Sahats, 2006
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