miércoles, 18 de octubre de 2017

Texto de presentación de "Al filo del otoño" por Isabel Logroño



 
Foto de presentación en Casa de Cultura de Aoiz




Texto íntegro de Isabel Logroño, doctora en Filología Hispánica, con motivo de la presentación del libro Al filo del otoño el sábado 14 de octubre de 2017

"M. S. LATASA MIRANDA, Al filo del otoño. Presentación Casa de Cultura de Aoiz, sábado 14 de octubre de 2017.
         Buenas tardes y bienvenid@s, muchas gracias por estar aquí en la presentación del último poemario de la poeta agoizka Socorro Latasa, el sexto ya y que lleva por título Al filo del otoño, título propicio para estas fechas.
         Bueno, yo tuve la suerte de conocer a Socorro gracias al estudio doctoral que realicé sobre mujeres poetas de Navarra en el que por supuesto, Socorro era una de ellas, y además, una de las más prolíficas en cuanto a publicaciones. Así que para mí es un gusto estar aquí, después de haber abordado toda su producción poética.
         Socorro Latasa es poeta, estudiosa, prueba de ello son, además de sus poemarios personales, también los tres volúmenes recopilatorios de la obra del también poeta agoizko Damián Iribarren que Socorro presenta analiza con entusiasmo y detalle. También además es la coordinadora del club de lectura de Aoiz y ha sido incluida en numerosas antologías, entre ellas podemos destacar las más recientes: en 2015 la Antología del Premio Nacional de Poesía Villa de Madrid; en 2016 en la Antología Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana del siglo XXI; y ese mismo año en la Antología de Salamanca No resignación, poetas del mundo por la no violencia contra la mujer.
         El poemario aquí presente, Al filo del otoño, ya a simple vista nos sorprende desde la portada. Cuando uno piensa en el otoño, sobre todo si no tiene la suerte de vivir en costa, como es nuestro caso, a primera vista no evoca el mar, evoca los árboles, los parques, el bosque… Sin embargo, el color que nos recibe al coger el libro es el azul y la foto de portada nos presenta el mar. Y las portadas son importantes, suelen pasar desapercibidas y en cambio, dan muchas pistas de lo que uno puede encontrarse en el interior [anécdota preguntas de examen en clase]. ¿Dónde está el otoño, entonces? El otoño de Socorro Latasa a lo largo de sus páginas atraviesa el mar, a veces verde, a veces azul -a veces incluso arrastrando chapapote, pateras y crítica social- pero también las sendas, los caminos, las cimas, las montañas, las cordilleras, las dunas… incluso las orillas del Arga o los burgos de Pamplona. Es un paseo por la geografía en sus distintos elementos: tierra (semilla, camino…), aire (ave, volar, golondrina…), agua (mar, olas, lágrimas…)  y fuego (llama, fulgor…), por medio de una luz que los alumbra y los vuelve palabra en verso. Un paseo y un propósito que la poeta mantiene como una constante en su escritura:
Hoy quiero que mis versos
rimen con la luz, el agua, el aire,
la tierra, el fuego y el silencio.
(“Inicio la mañana”, Hasta el último horizonte, 2008, p. 66)

         Además de la portada, uno abre el poemario y surge aquí la segunda sorpresa, composiciones de tres versos agrupadas en bloques de cuatro y a la izquierda un triángulo en cuyo interior aparece inserta la primera composición de cada bloque. Estas composiciones de tres versos, son una composición de origen japonés llamada haikú que constan generalmente de tres versos dos de cinco sílabas y uno de siete. Y en esos tres versos se recoge un todo. La novedad de Socorro es que sus “haikús” se presentan de cuatro en cuatro con un título genérico como si estuvieran encadenados, hay un tema común y sobre todo, una musicalidad, lo que hace que la lectura se llene de ritmo. Y es que para Socorro el ritmo y la musicalidad no son algo nuevo. En un poemario anterior Monosílabos al son, al son de monosílabos, la poeta conseguía la cadencia melódica reduciendo la expresión a lo mínimo: el monosílabo, una habilidad que también en este poemario mantiene lúdicamente “Din – don, din-din-don./ En la esfera del reloj/ rojas las horas”, reproduciendo en monosílabos el golpear del péndulo.
         Y nos hemos dejado la explicación del triángulo. Cuando Socorro me regaló el libro para que lo leyera, tampoco me dio muchos detalles. Ella quería que sin mucha orientación ni mucha influencia, yo sacara mis propias conclusiones de lo que iba leyendo… Lo único que me dijo es que el triángulo era geométricamente, la forma más básica. Pero filosóficamente, es una de las más simbólicas. Según ciertas teorías el triángulo representa los tres estados del ciclo de la vida: el nacimiento, la vida y la muerte. Y quizás estas teorías no anden desencaminadas de los haikus de Socorro o viceversa cuando leemos versos como “Ser y mortaja/en las riberas del ser” o “Dolor y drama/ de vivir y de morir/ ser y padecer”. Vivir es un instante, un relámpago, un hilo, un soplo, algo fugaz, efímero, rápido… en el que el “ser” quiere hacer muchas cosas “Ser, pensar, hacer, /ser, imaginar, sentir/ ser, soñar, vivir” y “el tiempo es inexorable”. El tópico del tempus fugit, es una constante también en la poesía de Socorro, de hecho, los dos primeros versos que la autora toma como deudas del poeta Rafael Morales en las primeras páginas “Fugacidad del ser, luz del instante” sirven eficazmente de prolegómeno. Y en esa fugacidad aún quedan espacio para las preguntas. Latasa observa y se cuestiona. Desde aquel primer poemario de 1989:
¿De dónde a dónde?  No; no sabes.

(“Raíz de niebla”, Arpegios de sombra herida, p. 11)

         Hasta hoy, 2017, las eternas preguntas del ser humano y de Socorro siguen siendo las mismas: “¿Dónde los nombres?/ ¿Dónde sus ojos, manos/ cuerpos y talles?”.
En definitiva, y por ir cediéndole ya la palabra a la protagonista, en una vida con tanto que ver, sentir, hacer y sin tiempo que perder, el poemario de Socorro Latasa en su brevedad, música y perceptibilidad a través de los cincos sentidos y de los cuatro elementos nos ofrece un camino de luz hacia la esencia de lo que vivimos."

                                                                                          Isabel Logroño


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La autora antes de iniciar su explicación y proceder a la lectura de poemas agradeció a Isabel  así como a todas las personas asistentes su presencia.


Buenas tardes. Gracias por la asistencia a todas las personas aquí presentes y a los responsables de la Casa de Cultura que una vez más  nos acoge y sirve de marco para llevar a cabo la presentación de un nuevo libro y, por descontado, a Isabel Logroño que con tanta amabilidad ha leído mis libros y conoce el conjunto de mi obra.

Es mi décima publicación teniendo en cuenta además de los libros citados por Isabel el cuaderno de música Notas sobre papel pautado, que, ciertamente y como se indicó en su momento, no se trata de una edición al uso

En primer lugar voy a proceder a la proyección de lo que pudo haber sido el libro, porque en un principio cada haiku iba acompañado de una imagen, de tal suerte que había tantas imágenes como número de estrofas; luego distribuí los 168 haikus en 42 poemas y estructuré todo el conjunto en tres partes: Luz de septiembre, correspondiente al mes de septiembre, Evocaciones (octubre) y Al filo del otoño (noviembre). Al final suprimí las imágenes  para no desvirtuar la esencia de la estrofa elegida y me pregunté ¿qué figura geométrica podría acompañar a una composición tan sencilla como el haiku? Y comprendí que era el triángulo. Así, en las páginas pares hay un haiku inscrito en cada triángulo.
 
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El otro día me preguntaron en una entrevista radiofónica por qué elegí el haiku.

·      Lo hice porque es una estrofa que me gusta para describir el sentido de la naturaleza y el fluir del tiempo y las estaciones.
·      Por su métrica. Son 17 sílabas resueltas en dos pentasílabos y un heptasílabo.
·      Por la valoración y apreciación del instante.
·      Por su sencillez y delicadeza ante el detalle
·      Por la limpieza, precisión y concisión con que utiliza el lenguaje.


¿Y por qué el otoño?

Pues si bien todas las estaciones tienen su encanto, el otoño entraña un significado especial por el poder evocativo. Señala el inicio de un nuevo curso, nuevos proyectos, momento propicio para empezar algo nuevo y distinto.




2ª Parte : LECTURA DE POEMAS

    LUZ DE SEPTIEMBRE:
   
·      Lejos el eco       (página 15)         K : 5
·      Entre dos aguas  (página 17)         K: 6
·      Y van más allá   (página 19)         K:  7
·      Están llorando    (página 29)         K:12
·      Réquiem al alba  (página 31)         K:13
·      ¿Serán amargos? (página 37)         K: 16
·      Canto y llanto    (página 39)          K: 17

          
         EVOCACIONES:

·      Palpita, crece      (página 45)          K:  19
·      Ronda de versos  (página 47)          K : 20
·      Albor de luces     (página 49)          K:  21


Conmemorativos del bicentenario de nacimiento de Verdi y   Wagner.(páginas 57 y página 59)   K: 25 - 26  

Dedicado a la compositora navarra, nacida en Salinas de Oro Emiliana Zubeldía (1888 –1987) (página 61)  K: 27

Homenaje a escritores
·      Cervantes : Díptico para una aniversario (páginas 51 y 53)
                                                                         K: 22 -23
·      Nicanor y Violeta Parra (página 55) K: 24
·      Doralio (seudónimo de Manuel Pedro Sánchez Salvador y Berrio) (1764-1813) Página 63        K: 28
·      Cernuda .................Página 65        K: 29

         Otros motivos: colores, hilos, puntos y preguntas.
·      Ocres, dorados (página 67)               K: 30
·      ¿En qué instante? (página 69)           K: 31
·      Punto por punto  (página 71)            K: 32    


         AL FILO DEL OTOÑO

En esta 3ª parte que da nombre al poemario tienen cabida cosas pequeñas, más hilos y cometas, el tiempo, los haikus al aire, las flores y plantas,  la incertidumbre, el dolor del mundo...

·      Cosas pequeñas (página 77)             K:34
·      Hilos, cometas  (página 79)             K:35
·      El tiempo pasa  (página 81              K:36
·      Haikus al aire    (página 85)            K:38
·      Gama de grises  (página 87)            K:39
·      Árbol y coral    (página 89)             K:40




Pues bien, básicamente este es el contenido del libro, si alguien quiere hacer alguna pregunta o comentario estamos en disposición de escuchar.

Antes de finalizar quiero recordar que coordino el club de lectura. El jueves 26 de octubre nos reuniremos en la sala de usos múltiples para llevar a cabo el comentario de La catedral del mar. Somos un grupo abierto y animaría a las personas interesadas por los libros unirse al club. Los requisitos para ello son: ser mayor de 16 años  y tener el carné de la biblioteca pública

Muchas gracias por la asistencia y la atención dispensada y buenas tardes.











sábado, 30 de septiembre de 2017

Poemas de Rafael Alberti

Rafael Alberti

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LA PALOMA

Se equivocó la paloma
se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur
creyó que el trigo era agua,
se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo
que la noche, la mañana,
se equivocaba,
se equivocaba.

Que las estrellas, rocío
que la calor, la nevada,
se equivocaba,
se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa
que tu corazón, su casa,
se equivocaba,
se equivocaba.

Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche, la mañana
se equivocaba,
se equivocaba.

Que las estrellas, rocío
que la calor, la nevada,
se equivocaba,
se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa
que tu corazón, su casa,
se equivocaba,
se equivocaba...
                                          De Entre el clavel y la espada

                                                                          
                                                                                                       Rafael Alberti

                                         


                                         

SABES TANTO DE MÍ, QUE YO MISMO QUISIERA...

Sabes tanto de mí, que yo mismo quisiera
repetir con tus labios mi propia poesía,
elegir un pasaje de mi vida primera:
un cometa en la playa, peinado por Sofía.

No tengo que esperar ni que decirte espera
a ver en la memoria de la melancolía,
los pinares de Ibiza, la escondida trinchera,
el lento amanecer sin que llegara el día.

Y luego amor, y luego, ver que la vida avanza
plena de abiertos años y plena de colores,
sin final, no cerrada al sol por ningún muro.

Tú sabes bien que en mí no muere la esperanza,
que los años en mí no son hojas, son flores,
que nunca soy pasado, sino siempre futuro.

                                             Rafael Alberti

LO QUE DEJÉ POR TI


Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.

Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.

Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.

Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma,  a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.

                                   De Roma, peligro para caminantes



A VECES ALTAIR GIME LARGO, TENDIDA...

A veces Altair gime largo, tendida,
hincada por el viento oscuro que la envuelve,
agitada en su sima
dulce de espumas lentas que la llevan
casi a morir sin voz, para salirse
otra vez de su hondo
mar secreto, sin límite, incesante...
Una estrella Altair, latente y poderosa.

                                    De  Canciones para Altair




Si la entrada anterior la dedicaba a María Teresa León, es justo y dable deteneme en Rafael Alberti, su marido y compañero durante tantos años.

Dramaturgo, poeta, memorialista, considerado uno de los grandes autores  de la Generación del 27, Rafael Alberti nació en el Puerto de Santa María (Cádiz) el 16 de diciembre de 1902. En 1917  su familia se trasladó a Madrid e inicialmente él se dedicó a la pintura. Con Marinero en tierra obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1924, en el que se  advierte la añoranza del poeta por su tierra y el mar. Siguieron otras publicaciones como La amante (1926), El alba del alhelí de carácter colorista y espontáneo, con influencias del Romancero y Garcilaso,
Otros títulos: Sobre los Ángeles (1929), alegoría surrealista con elementos propios del simbolismo, donde se manifiestan  los ángeles mohosos, los colegiales, los muertos, el ángel de los números, el de la ira, el bueno, el de las bodegas. Siguiendo la  misma estela Cal y Canto con poemas a Amaranta, a los ángeles albañiles, la nadadora o el madrigal al billete de tranvía. Sermones y Moradas. Entre el clavel y la espada  (1941) libro que contiene uno de sus poemas más conocidos  y celebrados “Se equivocó la paloma”  Otro poemario A la pintura –poemas del color y de la línea- (1948) con sonetos dedicados  a la mano, a la paleta, al lienzo, a la línea, a la perspectiva, a la sombra y a describir el arte de pintar. En Retornos de lo vivo lejano, (1952) vuelve el de una tarde de lluvia, o el retorno de Chopin a través de unas manos ya idas, o el retorno de una isla dichosa, de un museo deshabitado, de un palco del teatro, del amor en una azotea, del amor en los bosques nocturnos, en las arenas, y retornos de Vicente Aleixandre. Ora marítima (1953)  es un canto  de homenaje a Cádiz en su tercer milenio. En Baladas y canciones del Paraná (1954) incluye canciones muy cercanas a las de su primer poemario, que ofrecen un universo nostálgico del que no está ausente la ironía. Así la “balada del que nunca fue a Granada”, musicalizada y cantada por Paco Ibáñez o la “ balada para los poetas andaluces de hoy” también con versión cantada.
Durante su exilio en Italia  publicó Roma, peligro de caminantes (1968) y Los ocho nombres de Picasso, homenaje al pintor malagueño Tras regresar del exilio en 1977 fue elegido diputado por Cádiz, cargo que abandonaría pocos meses después y su obra literaria no quedó interrumpida publicando Abierto a todas horas (1979),  Fustigada luz (1980), Sólo la mar (1984) antología de poemas de tema marinero, Canciones para Altair  (1989)
Entre sus obras dramáticas: El hombre deshabitado (1930),Fermín Galán (1931) El adefesio (1944), Noche de guerra en el Museo del Prado (1956)  
Y los dos volúmenes de memorias agrupados en La arboleda perdida donde refleja su trayectoria vital y poética.
Falleció en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 28 de octubre de  1999, a los 96 años


jueves, 28 de septiembre de 2017

Tres fragmentos de una misma memoria de Mª Teresa León

María Teresa León
 
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         La memoria puede tener los ojos indulgentes, Ya no llegan a nosotros los ruidos vivos sino los muertos. Memoria del olvido, escribió Emilio Prados, memoria melancólica, a medio apagar. memoria de la melancolía. No sé quién solía decir en mi casa: hay que tener recuerdos. Vivir no es tan importante como recordar. Lo espantoso era no tener nada que recordar, dejando detrás de sí una cinta sin señales. Pero qué horrible es que los recuerdos se precipiten sobre ti y te obliguen a mirarlos y te muerdan y se revuelquen sobre tus entrañas, que es el lugar de la memoria.
                                                                                          (Pág. 49)

         Somos el producto de lo que los otros han irradiado de sí o perdido, pero creemos que somos nosotros (...)Yo siento que me hice del roce de tanta gente: de la monjita, de la amiga de buen gusto, del tío abuelo casi emparedado, del chico de los pájaros, del beso, de la caricia, del insulto, del amigo que se nos insinuó, del que nos empujó, del que nos advirtió, del que callado apretó los dientes y sentimos aún la mordedura... Todos, todos. Somos lo que nos han hecho, lentamente, al correr tantos años.
                                                                                                  (Pág. 61)

         Estas cuartillas que voy escribiendo se me han volado todas dispersándose, jugando a la mala pasada de huirme. Voy hacia ellas, amarillas o verdosas aún. Cómo se han reído siempre delante de mis pasos todos los otoños. Se las lleva el viento, los vientos que nos soplan en los oídos las medias palabras. No sé ya qué me cuentan. Sé que silabean corriendo, juntando puntas de palabras, hasta palabras caminado pequeñas, persuasivas, enhebrando una verdad que jamás comprendemos. Vuelas, vuelas bien, memoria, memoria de la melancolía. (...)
         Hoy todas se me han dispersado con vida propia y no con la  que yo les impuse al escribirlas. ¿Cuándo caerán de nuevo? Es la bandada que huye al llegar mordiendo el frío y apenas dice adiós.
                                                                                          (Pág. 233)

                                    De Memoria de la melancolía
                          
                                     Autora: María Teresa León


        


Los fragmentos que preceden corresponden a Memoria de la melancolía. libro autobiográfico de María Teresa León, publicado en 1970 durante los años de su exilio en Italia. En él se entrecruzan y desgranan los recuerdos y vivencias desde su infancia y juventud entre Burgos, Madrid, y Barcelona,  su paso por la Institución Libre de Enseñanza, su encuentro con Rafael Alberti  y otros artistas e intelectuales como Unamuno, Baroja, Machado, García Lorca, Emilio Prados, Miguel Hernández, Cernuda... O Bertolt Brecht, Máximo Gorki, André Malraux. Fluyen por sus páginas  sus años de exilio en Francia, Argentina donde vivió 23 años junto a Rafael Alberti y allí nació su hija Aitana. Más adelante, su retorno a Europa permaneciendo  en Italia desde 1963  hasta 1977, año en el que  volvieron a España.

María Teresa León Goyri nació el 31 de octubre de 1903 en Logroño.  Su padre coronel del ejército determinó la itinerancia de la familia  por diferentes ciudades. Casada a los diecisiete años, tuvo dos hijos de su primer matrimonio. En 1932 se casó con Rafael Alberti. Con él fundó la revista cultural Octubre. Viajó a Berlín, países nórdicos, Bélgica, Holanda y Rusia. Desempeñó una intensa labor cultural durante la guerra civil destacando sus montajes teatrales. Junto a Rafael Alberti vivió exiliada en Orán, París (1939-1940) Argentina (1940-1963), Italia (1963-1977) hasta su regreso en 1977. Durante esos 38 años cultivó todos los géneros: poesía, cuento, novela, teatro, biografía, guiones para radio y televisión. Murió en Madrid el 13 de diciembre de 1988, a los 85 años.

Algunos de sus títulos Cuentos para soñar (1928), dedicado a su hijo Gonzalo, fue su primer libro publicado, La bella del mar de amor (1930), Rosa-Fría, patinadora de la luna (1934), Una estrella roja (1937)
Novelas: Contra viento y marea (1941), El gran amor de Gustavo Adolfo Bécquer (una vida pobre y apasionada) (1946), Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (1954), Juego limpio (1959), Doña Jimena Díaz de Vivar (1960), Cervantes. El soldado que nos enseñó a hablar (1978)
Ensayo: Crónica General de la Guerra Civil (1939), La historia tiene la palabra (1944)
Guiones: Los ojos más bellos del mundo (1943), La dama duende (1945)