sábado, 30 de septiembre de 2017

Poemas de Rafael Alberti

Rafael Alberti

-->
LA PALOMA

Se equivocó la paloma
se equivocaba.
Por ir al norte, fue al sur
creyó que el trigo era agua,
se equivocaba.

Creyó que el mar era el cielo
que la noche, la mañana,
se equivocaba,
se equivocaba.

Que las estrellas, rocío
que la calor, la nevada,
se equivocaba,
se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa
que tu corazón, su casa,
se equivocaba,
se equivocaba.

Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche, la mañana
se equivocaba,
se equivocaba.

Que las estrellas, rocío
que la calor, la nevada,
se equivocaba,
se equivocaba.

Que tu falda era tu blusa
que tu corazón, su casa,
se equivocaba,
se equivocaba...
                                          De Entre el clavel y la espada

                                                                          
                                                                                                       Rafael Alberti

                                         


                                         

SABES TANTO DE MÍ, QUE YO MISMO QUISIERA...

Sabes tanto de mí, que yo mismo quisiera
repetir con tus labios mi propia poesía,
elegir un pasaje de mi vida primera:
un cometa en la playa, peinado por Sofía.

No tengo que esperar ni que decirte espera
a ver en la memoria de la melancolía,
los pinares de Ibiza, la escondida trinchera,
el lento amanecer sin que llegara el día.

Y luego amor, y luego, ver que la vida avanza
plena de abiertos años y plena de colores,
sin final, no cerrada al sol por ningún muro.

Tú sabes bien que en mí no muere la esperanza,
que los años en mí no son hojas, son flores,
que nunca soy pasado, sino siempre futuro.

                                             Rafael Alberti

LO QUE DEJÉ POR TI


Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.

Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.

Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.

Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma,  a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.

                                   De Roma, peligro para caminantes



A VECES ALTAIR GIME LARGO, TENDIDA...

A veces Altair gime largo, tendida,
hincada por el viento oscuro que la envuelve,
agitada en su sima
dulce de espumas lentas que la llevan
casi a morir sin voz, para salirse
otra vez de su hondo
mar secreto, sin límite, incesante...
Una estrella Altair, latente y poderosa.

                                    De  Canciones para Altair




Si la entrada anterior la dedicaba a María Teresa León, es justo y dable deteneme en Rafael Alberti, su marido y compañero durante tantos años.

Dramaturgo, poeta, memorialista, considerado uno de los grandes autores  de la Generación del 27, Rafael Alberti nació en el Puerto de Santa María (Cádiz) el 16 de diciembre de 1902. En 1917  su familia se trasladó a Madrid e inicialmente él se dedicó a la pintura. Con Marinero en tierra obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1924, en el que se  advierte la añoranza del poeta por su tierra y el mar. Siguieron otras publicaciones como La amante (1926), El alba del alhelí de carácter colorista y espontáneo, con influencias del Romancero y Garcilaso,
Otros títulos: Sobre los Ángeles (1929), alegoría surrealista con elementos propios del simbolismo, donde se manifiestan  los ángeles mohosos, los colegiales, los muertos, el ángel de los números, el de la ira, el bueno, el de las bodegas. Siguiendo la  misma estela Cal y Canto con poemas a Amaranta, a los ángeles albañiles, la nadadora o el madrigal al billete de tranvía. Sermones y Moradas. Entre el clavel y la espada  (1941) libro que contiene uno de sus poemas más conocidos  y celebrados “Se equivocó la paloma”  Otro poemario A la pintura –poemas del color y de la línea- (1948) con sonetos dedicados  a la mano, a la paleta, al lienzo, a la línea, a la perspectiva, a la sombra y a describir el arte de pintar. En Retornos de lo vivo lejano, (1952) vuelve el de una tarde de lluvia, o el retorno de Chopin a través de unas manos ya idas, o el retorno de una isla dichosa, de un museo deshabitado, de un palco del teatro, del amor en una azotea, del amor en los bosques nocturnos, en las arenas, y retornos de Vicente Aleixandre. Ora marítima (1953)  es un canto  de homenaje a Cádiz en su tercer milenio. En Baladas y canciones del Paraná (1954) incluye canciones muy cercanas a las de su primer poemario, que ofrecen un universo nostálgico del que no está ausente la ironía. Así la “balada del que nunca fue a Granada”, musicalizada y cantada por Paco Ibáñez o la “ balada para los poetas andaluces de hoy” también con versión cantada.
Durante su exilio en Italia  publicó Roma, peligro de caminantes (1968) y Los ocho nombres de Picasso, homenaje al pintor malagueño Tras regresar del exilio en 1977 fue elegido diputado por Cádiz, cargo que abandonaría pocos meses después y su obra literaria no quedó interrumpida publicando Abierto a todas horas (1979),  Fustigada luz (1980), Sólo la mar (1984) antología de poemas de tema marinero, Canciones para Altair  (1989)
Entre sus obras dramáticas: El hombre deshabitado (1930),Fermín Galán (1931) El adefesio (1944), Noche de guerra en el Museo del Prado (1956)  
Y los dos volúmenes de memorias agrupados en La arboleda perdida donde refleja su trayectoria vital y poética.
Falleció en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 28 de octubre de  1999, a los 96 años


No hay comentarios:

Publicar un comentario