viernes, 27 de septiembre de 2013

Un Nocturno + Dos poemas de Álvaro Mutis


NOCTURNO 3




Esta noche ha vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas de plátano,
sobre las altas ramas de los cámbulos,
ha vuelto a llover esta noche un agua persistente y vastísima
que crece las acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre el zinc de los tejados
canta su presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche fresquísima que chorrea
por entre la bóveda de los cafetos
y escurre por el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de repente, en mitad de la noche
ha regresado la lluvia sobre los cafetales
y entre el vocerío vegetal de las aguas
me llega la intacta materia de otros días
salvada del ajeno trabajo de los años.

 De Los trabajos perdidos

                                       Álvaro Mutis (1923-2013)
 
DOS POEMAS


1. SI OYES CORRER EL AGUA

Si oyes correr el agua en las acequias,
su manso sueño pasar entre penumbras y musgos,
con el apagado sonido de algo
que tiende a demorarse en la sombra vegetal.
Si tienes suerte y preservas ese instante
con el temblor de los helechos que no cesa,
con el atónito limo que se debate
en el cauce inmutable y siempre en viaje.
Si tienes la paciencia del guijarro,
su voz callada, su gris acento sin aristas,
y aguardas hasta que la luz haga su entrada,
es bueno que sepas que allí van a llamarte
con un nombre nunca antes pronunciado.
Toda la ardua armonía del mundo
es probable que entonces te sea revelada,
pero sólo por esta vez.
¿Sabrás, acaso, descifrarla en el rumor del agua
que se evade sin remedio y para siempre?



2.    COMO ESPADAS EN DESORDEN

                                           Mínimo Homenaje a Stéphane Mallarmé

Como espadas en desorden
la luz recorre los campos.
Islas de sombra se desvanecen
e intentan, en vano, sobrevivir más lejos.
Allí, de nuevo, las alcanza el fulgor
del mediodía que ordena sus huestes
y establece sus dominios.
El hombre nada sabe de estos callados combates.
Su vocación de penumbra, su costumbre de olvido,
sus hábitos, en fin, y sus lacerías,
le niegan el goce de esa fiesta imprevista
que sucede por caprichoso designio
de quienes, en lo alto, lanzan los mudos dados
cuya cifra jamás conoceremos.
Los sabios, entretanto, predican la conformidad.
Sólo los dioses saben que esta virtud incierta
es otro vano intento de abolir el azar.

                                                 De Poemas dispersos

                                                               Álvaro Mutis (1923-2013)



 


Los poemas que preceden corresponden a Álvaro Mutis Jaramillo, poeta y novelista colombiano nacido en Bogotá el 25 de agosto de 1923 y fallecido en Ciudad de México el 22 de septiembre de 2013, a los 90 años.

Parte de su infancia transcurrió en Bélgica donde su padre fue embajador. La muerte repentina de su progenitor motivó el regreso a Colombia sin haber  terminado los estudios secundarios. Pronto empezó a colaborar con algunas revistas literarias, trabajó en diversos oficios y publicó su primer libro de poemas La balanza (1947) en colaboración con Carlos Patino.  En 1953 apareció por primera vez su personaje Maqroll  el Gaviero en el poemario  Los elementos del desastre, personaje que se repite a lo largo de toda su obra .

Conoció el exilio y la cárcel. Escribió el Diario de Lecumberri  (1960) durante su permanencia en la prisión mexicana del mismo nombre. La novela gótica  La mansión de Araucaíma (1973) impresionó al cineasta Buñuel,  proyectando el rodaje de una película aunque nunca llegó a realizarse  Ya radicado en México se dedicó por completo al ejercicio literario desde 1986,  publicando una importante obra de narrativa  como la trilogía  compuesta por La nieve del almirante (1986),  IIona llega con la lluvia (1988) y Un bel morir (1989),
Las narraciones sobre Maqroll las agrupó en 1993 en dos volúmenes, que se editaron con el título de Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero. Los poemas sobre el mismo personaje, escritos desde 1948 a 1970, los recogió en Summa de Maqroll el Gaviero Este Maqroll, según apuntan los estudiosos de su obra, “ parece un personaje arrancado de Joseph Conrad o de Herman Melville y es un álter ego de Mutis, un marino peculiar, de una gran profundidad humana y espíritu refinado y aristocrático , aunque la fortuna económica no le acompañe nunca”
Utilizó un lenguaje discursivo, repleto de imágenes y sugerencias que trascienden la realidad  presentando  un mundo desolado en permanente descomposición donde “cada  poema es un pájaro que huye / del sitio señalado por la plaga ... y lleva un traje de muerte y es cotidiano sudario del poeta. Concibe  al poeta que como ciego centinela que grita en la noche su desventura.  Compara a cada poema   con “el ávido anzuelo que recorre / el limo blando de las sepulturas” O “con el lento  naufragio del deseo / como crujir de mástiles y jarcias / que sostienen el peso de la vida” A  veces,  como materia evanescente , es agua de sueño, fuente de ceniza, piedra porosa de los mataderos, madera en sombra de las siemprevivas, aceite funeral, que esparce sobre el mundo el agrio cereal de la agonía.

Entre los galardones obtenidos se destacan el Premio Nacional de Letras de Colombia en 1974,  el Premio de la Crítica de Los Abriles de México en 1985, el Premio Médicis Étranger de  Francia en 1989, la Orden de las Artes y de las Letras de Francia, el Águila Azteca de México, la Gran Cruz de Alfonso X el Sabio de España, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1997, el premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Premio Cervantes de Literatura en el año 2001.

No hay comentarios:

Publicar un comentario