NOCTURNO 3
Esta noche ha
vuelto la lluvia sobre los cafetales.
Sobre las hojas
de plátano,
sobre las altas
ramas de los cámbulos,
ha vuelto a
llover esta noche un agua persistente y vastísima
que crece las
acequias y comienza a henchir los ríos
que gimen con
su nocturna carga de lodos vegetales.
La lluvia sobre
el zinc de los tejados
canta su
presencia y me aleja del sueño
hasta dejarme
en un crecer de las aguas sin sosiego,
en la noche
fresquísima que chorrea
por entre la
bóveda de los cafetos
y escurre por
el enfermo tronco de los balsos gigantes.
Ahora, de
repente, en mitad de la noche
ha regresado la
lluvia sobre los cafetales
y entre el
vocerío vegetal de las aguas
me llega la
intacta materia de otros días
salvada del
ajeno trabajo de los años.
De Los trabajos perdidos
Álvaro Mutis (1923-2013)
DOS POEMAS
1. SI OYES
CORRER EL AGUA
Si oyes correr
el agua en las acequias,
su manso sueño
pasar entre penumbras y musgos,
con el apagado
sonido de algo
que tiende a demorarse en la sombra vegetal.
Si tienes
suerte y preservas ese instante
con el temblor
de los helechos que no cesa,
con el atónito
limo que se debate
en el cauce
inmutable y siempre en viaje.
Si tienes la
paciencia del guijarro,
su voz callada,
su gris acento sin aristas,
y aguardas
hasta que la luz haga su entrada,
es bueno que
sepas que allí van a llamarte
con un nombre
nunca antes pronunciado.
Toda la ardua
armonía del mundo
es probable que
entonces te sea revelada,
pero sólo por
esta vez.
¿Sabrás, acaso,
descifrarla en el rumor del agua
que se evade
sin remedio y para siempre?
2. COMO ESPADAS EN DESORDEN
Mínimo Homenaje a Stéphane Mallarmé
Como espadas en
desorden
la luz recorre
los campos.
Islas de sombra
se desvanecen
e intentan, en
vano, sobrevivir más lejos.
Allí, de nuevo,
las alcanza el fulgor
del mediodía
que ordena sus huestes
y establece sus
dominios.
El hombre nada
sabe de estos callados combates.
Su vocación de
penumbra, su costumbre de olvido,
sus hábitos, en
fin, y sus lacerías,
le niegan el
goce de esa fiesta imprevista
que sucede por
caprichoso designio
de quienes, en
lo alto, lanzan los mudos dados
cuya cifra
jamás conoceremos.
Los sabios,
entretanto, predican la conformidad.
Sólo los dioses
saben que esta virtud incierta
es otro vano
intento de abolir el azar.
De
Poemas dispersos
Álvaro Mutis (1923-2013)
Los poemas que preceden corresponden a Álvaro
Mutis Jaramillo, poeta y novelista colombiano nacido en Bogotá el 25 de agosto
de 1923 y fallecido en Ciudad de México el 22 de septiembre de 2013, a los 90
años.
Parte de su infancia transcurrió en Bélgica
donde su padre fue embajador. La muerte repentina de su progenitor motivó el
regreso a Colombia sin haber
terminado los estudios secundarios. Pronto empezó a colaborar con
algunas revistas literarias, trabajó en diversos oficios y publicó su primer
libro de poemas La balanza (1947) en colaboración con Carlos
Patino. En 1953 apareció por
primera vez su personaje Maqroll
el Gaviero en el poemario Los
elementos del desastre, personaje que se repite a lo largo de toda
su obra .
Conoció el exilio y la cárcel. Escribió el Diario
de Lecumberri (1960)
durante su permanencia en la prisión mexicana del mismo nombre. La novela
gótica La mansión de Araucaíma (1973)
impresionó al cineasta Buñuel,
proyectando el rodaje de una película aunque nunca llegó a
realizarse Ya radicado en México
se dedicó por completo al ejercicio literario desde 1986, publicando una importante obra de
narrativa como la trilogía compuesta por La nieve del almirante (1986),
IIona llega con
la lluvia (1988) y Un bel morir (1989),
Las
narraciones sobre Maqroll las agrupó en 1993 en dos volúmenes, que se editaron
con el título de Empresas y tribulaciones de Maqroll el Gaviero.
Los poemas sobre el mismo personaje, escritos desde 1948 a 1970, los recogió en
Summa de Maqroll el Gaviero Este Maqroll, según apuntan los
estudiosos de su obra, “ parece un personaje arrancado de Joseph Conrad o de
Herman Melville y es un álter ego de Mutis, un marino peculiar, de una gran
profundidad humana y espíritu refinado y aristocrático , aunque la fortuna
económica no le acompañe nunca”
Utilizó un lenguaje discursivo, repleto de
imágenes y sugerencias que trascienden la realidad presentando un
mundo desolado en permanente descomposición donde “cada poema es un pájaro que huye / del sitio
señalado por la plaga ... y lleva un traje de muerte y es cotidiano sudario del
poeta. Concibe al poeta que como
ciego centinela que grita en la noche su desventura. Compara a cada poema con “el ávido anzuelo que recorre / el limo blando de
las sepulturas” O “con el lento
naufragio del deseo / como crujir de mástiles y jarcias / que sostienen
el peso de la vida” A veces, como materia evanescente , es agua de
sueño, fuente de ceniza, piedra porosa de los mataderos, madera en sombra de
las siemprevivas, aceite funeral, que esparce sobre el mundo el agrio cereal de
la agonía.
Entre los galardones obtenidos se destacan el
Premio Nacional de Letras de Colombia en 1974, el Premio de la Crítica de Los
Abriles de México en 1985, el Premio Médicis Étranger de Francia en 1989, la Orden de las
Artes y de las Letras de Francia, el Águila Azteca de México, la Gran
Cruz de Alfonso X el Sabio de España, el Premio Príncipe de Asturias
de las Letras en 1997, el premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana y el Premio Cervantes de Literatura en el
año 2001.
No hay comentarios:
Publicar un comentario