miércoles, 9 de septiembre de 2015

Capricho 39: Hasta su abuelo


                                                                              


 
-->
CAPRICHO 39


HASTA SU ABUELO


Sentado en una vieja silla moscovita se ve un asno que tiene entre sus manos un libro, en el que están grabados una serie de semejantes suyos.
A este animal le han vuelto loco las genealogías.



La vida no es historia ya pasada.
Ni libro de familia y apellido
nobleza dan. El hombre nunca ha sido
porción de tiempo en tinta impresionada.

Historia no es la gesta ya datada
ni el hombre es nombre en tiempo esclarecido.
El hombre es uno, solo y definido,
pasión que grita y reflexión callada.

Historia obliga y nombre y casa marcan.
El tiempo sigue y gloria no se agota
y puedes darte gesta, nombre y casa.

Si tu alma y pensamiento no se embarcan
en gesta y aventura, tendrás rota
esa vida que en vientos se te pasa.




Perteneciente al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006



lunes, 31 de agosto de 2015

Capricho 7: Ni así la distingue





CAPRICHO 7


NI ASÍ LA DISTINGUE

En primer término una enamorada pareja. El caballero mira a  la dama con un grueso lente. Más lejos dos mujeres sentadas.
Para conocer lo que es no basta el anteojo; se necesita juicio.


Amor no es el deseo que se enciende
fingiendo cercanía, estando lejos.
El amor no conoce más que viejos
caminos, que al andarlos, ve y entiende.

Ni aprecia la verdad ni la comprende
si a distancia tan sólo y en reflejos
de cristal certifica. Nunca espejos
copiaron libros donde amor se aprende.

Estar cercano es concebir al hombre,
tener el juicio claro, el alma fuerte
y ver cómo el deseo quema y prende.

Que sólo en el amor se encuentra el nombre
que define esta vida y esta muerte
que todos miran, ven y nadie entiende.


Pertenecientes al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006






martes, 25 de agosto de 2015

Capricho 6: Nadie se conoce

 
CAPRICHO 6


NADIE SE CONOCE


Una multitud de máscaras, mujeres y hombres, forman diversos grupos o se pasean. En primer término una dama sentada escucha sonriente
los galanteos de un personaje que ciñe una ridícula espada de madera.
El  mundo es una máscara; el rostro, el traje y la voz, todo es fingido; todos quieren aparentar lo que no son, todos se engañan y nadie se conoce.


Primero fue el misterio y no hubo nada.
Después los cálculos, el miedo, el frío.
Cuando vino la luz se vio el vacío
y su sombra de miedo iluminada.

Corriendo el tiempo, se hizo su morada
el hombre con sus hijos, junto al río.
Vióse en agua y sintió un escalofrío
pues agua espejo fue de polvo y nada.

Después vino el temor y la conciencia
certera iluminó su negra sima.
De entonces data la comedia y feria

de máscaras y farsas. Esta conciencia
que el hombre tiene para echarse encima
disfraz que oculte su total miseria.


Pertenecientes al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006


martes, 18 de agosto de 2015

Capricho 56: Subir y bajar

 
CAPRICHO 56


SUBIR Y BAJAR


 Un sátiro, sentado en tierra, con sus hercúleos brazos levanta por los pies un sujeto vestido de bordada saca, cubierto el pecho de cruces y bandas y cuya cabellera y manos despiden humeantes llamas. Dos personajes de lo alto boca abajo.
                   La fortuna trata muy mal a quien la obsequia.
          Paga con humo la fatiga de subir y al que ha subido le castiga con precipitarlo.


El hombre, como el agua, cuando sueña
a fuerza de llorar se vuelve río.
Cuando alcanza poder y señorío
alcanza cauce y rompe tronco y peña.

El miedo no le turba y se despeña
en cascada luciendo su albedrío.

Amor no le tortura y en su avío

cuanto ojo mira tiene y alma empeña.

Cuando agua se envanece se hace nube,
remonta el aire, crece y tal se piensa
que es pájaro y en celos vuela y canta.

Con hueco corazón asciende y sube.
A lluvia revertida, mansa o densa,
en tierra cae y con dolor se espanta.


Pertenecientes al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006

lunes, 10 de agosto de 2015

Capricho 42: Tú que no puedes

 
CAPRICHO 42


TÚ QUE NO PUEDES


Dos hombres llevan sobre sus espaldas dos asnos montados.
Los pobres y las clases útiles de la sociedad, son los que  llevan a cuestas a los burros o cargan con todo el peso de las contribuciones del estado
¿Quién no dirá que estos caballeros son caballerías?


La piedra está, a cincel, lista y tallada.
El agua reventó la tierra y fuente
corre y canta. La piedra le hace puente.
El río lleva el agua reposada.

La piedra en sillería y muro alzada.

El fuego quema el aire y dulcemente

juega y ríe. La piedra dulcemente
le hace casa y escudo en la fachada.

La fuente, el río, el puente nombre tienen,
la casa historia, escudo y señorío;
el tiempo gloria, fama y apellido.

Mientras tanto las piedras que sostienen
y aguantan estructuras, peso y frío
nadie sabe ni el nombre que han tenido.


Pertenecientes al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006

miércoles, 29 de julio de 2015

Capricho 57: La filiación





LA FILIACIÓN

Es una ridícula escena de esponsales. La novia tiene rostro de animal y en sus piernas descansa su propia o primitiva cara, rugosa y vieja. Una mujer en pie, con un libro abierto en una mano y una pluma en la otra, escribe en las páginas de aquél.
Se engatusa al novio con la ejecutoría de sus padres y abuelos.
¿Y ella quién es? Luego lo verá.


Merece pena quien amor castiga 

o quien amor ofrece con engaño,
quien rompe el verso limpio o causa daño
al junco, al río, al aire o a la espiga.

Amor es fuego vivo y mano amiga,
sonora fuente y sombra de castaño,
silencio, vida y nunca un mal apaño.
¡Quién dice mal de amor, que nunca diga!

Quien mancha amor o engaña con su herida,
que tenga el alma muerta para el sueño
y frío el corazón sin sus cariños.

Quien quiera redimirse en esta vida,
que aprenda amor, que escriba en viejo leño
limpios versos de amor para los niños.




Pertenecientes al libro Risa y ternura de unos papeles (Reflexiones a los Caprichos y aguafuertes de Goya) de Damián Iribarren
Edición: María Socorro Latasa Miranda
Sahats, 2006

martes, 21 de julio de 2015

Capricho 43 : El sueño de la razón produce monstruos

                                                      

CAPRICHO 43



EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS


Este grabado carece de letrero o epígrafe en el margen inferior del cobre; pero en la parte anterior de una mesa que hay a la izquierda , cubierta de hojas de papel y lápices, sobre la cual descansa con la cabeza entre los brazos un hombre sentado de lado, léese: el sueño de la razón produce monstruos.
Al nombrado personaje rodeándole, posados sobre su cuerpo, sentados en el suelo o en la mesa o volando por su alrededor gatos, murciélagos, búhos y otros animales semejantes.
La fantasía abandonada de la razón, produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de sus maravillas.
Cuando los hombres no oyen el grito de la razón, todo se vuelven visiones.


Dormir el pensamiento y despertar
los fuegos de la loca fantasía
no es modo de soñar. Ni norte y guía
dormirse la razón para pensar.

Soñar puede que sea torturar
el pensamiento, meterlo en la agonía,
crear la duda y alumbrar la fría
aurora de la angustia y del pensar.

Del sueño y la esperanza nace el hombre.
Locura y fantasía lo destruyen
poblando la razón de veleidades.

Y si es vida ajustar razón y nombre
sólo monstruos sus cábalas construyen
metiendo el corazón en vanidades.
                                                          P Damián Iribarren (1927-2000)